La polémica fue la protagonista de la previa del derbi entre el Barcelona y el Espanyol y también del tramo final del partido, que terminó en empate a uno y con dos expulsados por doble tarjeta amarilla, uno para cada equipo: Jordi Alba y Vini de Souza. El árbitro Mateu Lahoz también dio de qué hablar por la forma de impartir justicia.
La reciente finalización del Mundial y las fechas navideñas habían provocado que la semana previa al derbi barcelonés estuviese siendo más tranquila de lo habitual.
Pero todo se revolucionó a 24 horas del inicio del encuentro con la noticia de la suspensión cautelar de la sanción a Robert Lewandowski y la onda expansiva acabó alcanzando el terreno de juego tras el empate, de penalti, para el Espanyol en el minuto 73, obra de Joselu, que hizo callar a la afición del Spotify Camp Nou.
La primera consecuencia de la polémica en la previa estuvo en el palco, donde no hubo nadie del Espanyol, empezando por su consejero delegado Mao Ye, a pesar de la petición del presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, para que reconsiderara su postura de no acudir, en protesta por la decisión judicial que permitía jugar al atacante polaco.
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Y, en el césped, Xavi Hernández decidió que el 'pichichi' de LaLiga fuese titular. Los focos ya se centraron en Lewandowski antes de que empezara el encuentro a causa de que el delantero polaco recibió ante la afición la Bota de Oro. Pero, una vez estuvo el balón en juego, el futbolista azulgrana tuvo una actuación más discreta de lo habitual.
En el túnel de vestuarios, antes de empezar el partido, se pudo comprobar el buen ambiente entre los jugadores con las conversaciones que mantuvieron Eric Garcia y Álvaro Fernández, y Sergi Roberto y Sergi Darder. Y la racha de deportividad siguió hasta el minuto 73. Entonces, Joselu transformó en gol un penalti para empatar el partido e hizo callar al público del Camp Nou.
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Y el partido se revolucionó. Cada jugada se convirtió en una polémica y llegaron las expulsiones de Jordi Alba y Vini de Souza. De hecho, Mateu Lahoz también expulsó, en este caso con roja directa, a Leandro Cabrera por un golpe a Lewandowski. Pero, después de consultar el VAR, decidió anular la sanción.
La afición del Barcelona, especialmente la grada de animación del Camp Nou, dedicó cánticos al Espanyol desde el inicio del encuentro. En ellos, se mofó del club blanquiazul porque su estadio se encuentra fuera de la ciudad de Barcelona, entre Cornellà y el Prat de Llobregat, y recordó su reciente paso por Segunda División.
Otra de las polémicas durante las horas previas al derbi fue la prohibición del FC Barcelona de dejar entrar con indumentaria del Espanyol a los aficionados visitantes en las zonas habilitadas para los seguidores locales.
Los responsables de seguridad contratados por el club azulgrana llevaron a la práctica la medida y en los accesos del Camp Nou se pudo ver cómo algunas personas se tuvieron que desprender hasta de accesorios como gorros blanquiazules.
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