El Inter, campeón del 'Scudetto', preparó este domingo una multitudinaria celebración por las calles de Milán que se convirtió en un baño de masas en el que no faltó la polémica, pues el neerlandés Denzel Dumfries se burló del francés Theo Hernández, jugador del Milan, con una pancarta que hace referencia a una famosa imagen del videojuego GTA V.
Dos autobuses y una ciudad paralizada. Eso es este domingo Milán.
Los aficionados del Inter, tras la victoria de su equipo ante el Torino (2-0), salieron a las calles para celebrar con los protagonistas el título, certificado el pasado lunes ante el Milan, rival histórico.
Denzel Dumfries during Inter's title celebrations 😭 pic.twitter.com/38VItaOq09
— Troll Football (@TrollFootball) April 28, 2024
Fue precisamente en ese partido en el que Dumfries y Theo tuvieron un encontronazo que acabó con ambos expulsados, aunque con el neerlandés mucho más contento al haber conquistado el campeonato.
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Desde entonces, en redes sociales, se generaron todo tipo de disputas y creaciones virales en relación a la pelea que han llegado hasta la celebración.
Un grupo de aficionados interistas le dieron al jugador una pancarta gigante con un montaje relacionado con el GTA V en el que el protagonista sale con su perro atado, a modo de "dueño". La cara del protagonista fue sustituida por la de Dumfries y la del perro por la de Theo, algo que ha generado las burlas en redes sociales y las críticas por parte de los milanistas.
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Esta noche, los dos buses llegarán al Duomo de Milán para que jugadores y cuerpo técnico se dirijan a la afición presente.
La larga celebración de los hinchas del Inter de Milán por el Scudetto
Estaba Simone Inzaghi en rueda de prensa y ya había visto imágenes de aficionados interistas en el mítico Duomo de Milán: "Va a ser una fiesta larga, ya hay muchísima gente allí por lo que he visto".
Habían pasado apenas unos minutos desde que el Inter era matemáticamente campeón, pero en Milán despareció el color rojo. Solo había azul y negro. Ni la lluvia frenó la celebración que tanto ansiaban los 'nerazzurri'.
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Comenzó entonces un peregrinaje desde el estadio hasta el Duomo que llevaba a la gente por inercia mientras cantaba. Banderas con las 2 estrellas en el escudo, fuegos artificiales, bengalas y bufandas. Era imposible no llegar al meollo.
Unas 15.000 personas se dieron cita en la emblemática plaza a partir de la media noche, según datos de la Jefatura de Policía milanesa, que solo dieron el comienzo a una fiesta a la que solo el sol no estaba invitado.
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A los aficionados del Inter no les importó lo más mínimo que fuera lunes o que hiciera un tiempo invernal de 6 grados centígrados con lluvia. Era un deber, una obligación, el ir al Duomo a celebrar que habían ganado su vigésimo 'Scudetto' ante el gran rival, al que le dejaron una marca difícil de borrar, un recuerdo difícil de olvidar.
Los jugadores se unirán a la fiesta este martes, siempre que el tiempo lo permita, con un autobús descubierto que recorrerá la ciudad y llegará, cómo no podía ser de otra manera, a un Duomo que no dormirá en varios días.
La locura se apoderó de Milán, pero sin altercados graves. El momento con más aficionados juntos en la plaza se saldó sin heridos ni peleas, toda una celebración por y para el Inter, por y para el fútbol.
Ni siquiera hubo encontronazos con aficionados del Milan a la salida de San Siro, manteniendo vigente el pacto de no beligerancia entre ambas hinchadas que sellaron allá por 1981.
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Mucho ruido: el de los seguidores en el metro, el de los coches pitando constantemente, el de los fuegos artificiales (...) Muchas bengalas y mucho humo. Mucha fiesta en una noche inolvidable para el Inter, que volverá a celebrar en unas horas con los héroes del 'Scudetto', del vigésimo, de la segunda estrella.