Después de afrontar una serie de problemas de salud, en las últimas horas se confirmó la muerte del Papa Francisco, quien falleció a los 88 años y tiene de luto al mundo católico. Como buen argentino fue un amante del fútbol y se mostró siempre como un orgulloso seguidor de San Lorenzo de Almagro, considerado uno de los grandes de la liga de su país natal.
Incluso, se hizo socio del equipo cuervo y cuentan sus más cercanos, que gozó como nadie el título de la Copa Libertadores de América de 2014, cuya camiseta la recibió posteriormente de manos del técnico de tal gesta, Edgardo 'el Patón' Bauza, y de Marcelo Tinelli, el mandamás de la directiva de ese entonces.
Según una extensa nota del diario 'Clarín', el Papa Francisco se enamoró del cuadro de Boedo en el año de 1946, cuando salió campeón de la Liga Argentina y presentó un estilo de fútbol con toque y una expresión futbolística atractiva para la retina de los espectadores.
"Tenía 9 años. Le encantaba ir al Gasómetro de Avenida La Plata (sede del club cuervo para esos tiempos). En aquel diciembre de 1946 cumpliría los 10", se leyó en uno de los apartados del escrito.
Incluso se detalló que en alguna entrevista, ya ungido en su importante investidura, Jorge Mario Bergoglio relató de memoria y sin titubear la alineación de ese recordado San Lorenzo de 1946.
El expresidente del club Matías Lammens también contó alguna curiosidad relacionada con ese sentimiento del personaje argentino, con reconocimiento mundial, que acabó de partir del plano terrenal. Así comentó que "a mí la que más me gusta es la de cuando ganamos la Copa Libertadores. Estaba ahí, con la Guardia Suiza, le preguntamos si había visto el partido. Se levantó para averiguar el resultado, se volvió a dormir. Feliz".
En el mismo medio argentino también recordaron cuando un colombiano como el otrora zaguero Iván Ramiro Córdoba visitó el Vaticano y le hizo entrega de la casaca con el número '2', que él defendió entre los años 1997 y 1999.
Al antioqueño se le vio cruzando algunas palabras con Bergoglio, a quien se le notó satisfecho por haber recibido un regalo futbolero, de muchísimos más que recibió a la largo de su tiempo como sumo pontífice.