Vanina Correa volvió a levantar los brazos. La experimentada portera fue clave para que su equipo clasificara directamente al Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023 como lo que es, una leyenda del fútbol femenino de su país, aunque no tiene del todo claro que vaya a ir a la Copa del Mundo.
Sus atajadas fueron fundamentales para que la 'albiceleste' derrotara 3-1 a Paraguay en el partido por el tercer puesto de la Copa América Femenina de Colombia , un duelo en el que se definía el tercer clasificado directo de la región a la Copa del Mundo.
Justamente, una de las jugadas más destacadas del partido fue una tapada suya a un remate fortísimo de Jessica Martínez que iba a todo el ángulo superior izquierdo, que logró desviar con un manotazo.
Una despedida memorable, además, de un torneo en el que la jugadora de 38 años participó cuatro veces y que incluso ganó en la edición de 2006, que en esa época era conocido como suramericano y en el que fue suplente de Romina Ferro.
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UNA LEYENDA CON DUDAS
Desde antes de que empezara el torneo, la guardameta, que tiene contrato hasta diciembre con Rosario Central, manifestó que no está segura de que vaya a ir al Mundial, pues cree que todo dependerá de cómo se den las cosas en el futuro. Para ella, lo importante era conseguir la clasificación, como lo lograron contra Paraguay.
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"Veremos el día a día, hoy te puedo decir que voy a terminar mi contrato con Rosario Central en diciembre. Lo mío hoy es jugar la Copa América, y el año que viene se verá que pasa", dijo en una entrevista con 'Clarín' antes del inicio del torneo.
Sin embargo, su experiencia ha sido clave en un grupo en el que aparecen muchas futbolistas jóvenes y su liderazgo es importante para dar confianza a las dirigidas por Germán Portanova.
"Después de mis cuatro copas américa, son todas distintas, no son todas iguales. Tratamos de jugar, el equipo tiene una identidad y cuando perdemos no estamos conformes, pero siempre se encuentra algo bueno", expresó Correa tras caer 1-0 en semifinales con Colombia.
Eso fue una motivación y permitió que no perdieran el foco de su principal objetivo: "clasificar al Mundial". "Nos queda una final más que seguramente sacaremos adelante", dijo con confianza pese a que la derrota con Colombia todavía estaba caliente. Cumplió.
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UNA CARRERA EXITOSA
A sus 38 años, Correa vive su quinta etapa en Rosario Central, el club en el que debutó como profesional cuando tenía 16 años, en el 2000, y desde esa época ha hecho parte constante de la selección femenina de Argentina.
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Además de haber jugado tres mundiales, Correa también estuvo en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y fue subcampeona del torneo de los Juegos Panamericanos de 2019, en el que la 'albiceleste' perdió la final con Colombia.
Entre 2009 y 2015 estuvo retirada porque se dedicó a la crianza de sus hijos Luna y Romeo, pero volvió a las canchas y hoy sigue siendo clave para los equipos en los que juega.
El futuro es incierto, pero como dijo en la entrevista con Clarín, espera "seguir ligada al fútbol".
"No sé como seguiré, si como entrenadora, ayudante de campo o entrenadora de arqueras. Iba a empezar el curso de técnica este año, pero por cuestiones de entrenamiento y trabajo, no pude. Seguro lo empiece el año que viene", reveló la portera, una leyenda activa del fútbol femenino de Argentina.