En España, la justicia tiene los focos puestos sobre Dani Alves, jugador brasileño que fue sentenciado a cuatro años y medio de prisión por abusar sexualmente a una chica en el baño de una discoteca, en Barcelona. Hace tres días salió de la cárcel por libertad bajo fianza y ya está dando de qué hablar: los informativos ibéricos señalan que se fue de fiesta tan pronto puso un pie afuera del penal.
'The Sun', portal inglés, reveló varios detalles sobre todo lo que ha hecho Alves, tan pronto quedó en libertad. De entrada, el brasileño se fue a comer y luego se fue fiesta en su casa. "Después de tener antojo de hamburguesas para cenar después de su liberación, la ex estrella del Barça pasó toda la noche en vela con sus amigos y familiares hasta las 5 de la mañana", se lee en un principio.
Ahora bien, más allá de la gravedad de las acusaciones que tiene en contra, muchos se preguntan cuál era la verdadera razón de tal celebración, pues muchos especulaban que era justamente por su libertad. "Se dice que Alves celebró el reciente cumpleaños de su padre en una lujosa fiesta en su villa de Esplugues de Llobregat, que todavía posee con su ex esposa Joana Sanz", revelando el motivo real de su reunión.
Y es que el mencionado medio también contó que no solo se trató de una fiesta en la manción del exlateral del Barcelona FC. "Amigos y familiares del futbolista celebraron el cumpleaños de Domingos Alves Da Silva en una cena en Barcelona antes de dirigirse a la albañil de Alves para continuar", agregaron.
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Adicional a eso, Alves recibió unas flores, que apuntan haber sido enviadas por su exesposa Joana Sanz, de quien no se sabe nada en los últimos días, tras ocultar su perfil de Instagram.
Una activista lleva a la Justicia su petición para la retirada de la estatua de Dani Alves
Una activista brasileña ha llevado a la Justicia una petición para retirar una estatua que homenajea al futbolista Daniel Alves en Juazeiro, su ciudad natal, después de que fuera condenado en España por una violación.
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La estudiante y activista Manuella Tyler Medrado afirmó, en una entrevista a EFE, que la permanencia de esta escultura pone en cuestión el "valor y la dignidad de las mujeres".
La decisión de solicitar su retirada, apunta, no solo canaliza su propia indignación, sino la "de todas las mujeres de Juazeiro", una ciudad de cerca de 220.000 habitantes situada en el interior del estado de Bahía, en el noreste de Brasil.
"Tenemos que formar una sociedad donde la cultura de la violación no esté normalizada", defendió Medrado, que opina que esta es una gran oportunidad para dejar claro que "los crímenes sexuales tienen que ser repudiados", en este caso con la pérdida de su posición como "héroe nacional".
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