El ego de Cristiano Ronaldo echa pulsos que sus cifras goleadoras son incapaces de doblegar esta temporada. El portugués, en los peores meses de su carrera deportiva, está emborronando su mito en Old Trafford, convirtiendo el 'The Last Dance' en una batalla cruenta con el entrenador y empañando, con su comportamiento, el lento resurgimiento del Manchester United.
"Esto tiene que ser el final. Hay que cortar la relación", argumenta Gary Neville, leyenda de los 'Diablos Rojos' y ahora uno de los más reputados expertos en la televisión británica. "El Manchester United es mejor sin él", añade Neville, que no se muerde la lengua a la hora de criticar la actitud de Cristiano. "Es inaceptable", sentencia.
Cristiano se tomó la justicia por su mano y decidió, hace unos días, dar la espantada en Old Trafford. Su equipo ganaba de forma cómoda al Tottenham Hotspur, Erik Ten Hag le llamó y él, viendo que quedaba un minuto más el descuento, decidió que esa no era forma de tratarle. Tomó el túnel de vestuarios y consiguió que se hablara más de él que de lo que habían hecho sus compañeros sobre el campo.
"Ha perdido la cabeza", sostiene Roy Keane, otra leyenda del United, que sin embargo echa un cable al portugués. "Hay jugadores del United que han hecho cosas peores".
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Antes, Cristiano tumbaba los pulsos de sus rivales con la carta infalible de sus cuotas goleadoras. Sus cifras de cara a puerta lo justificaban todo. Salidas de tono, comportamientos airados y reproches a compañeros. Cuando un futbolista anota 50 tantos por campaña, qué más da el resto.
Incluso la temporada pasada, con un United hundido, fuera de los puestos de Champions League y naufragado en competición europea, Cristiano fue el tercer máximo goleador de la Premier. A sus entonces 36 años, fue una labor encomiable.
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Pero entonces llegó Ten Hag, con una idea clara de juego y con una mano de hierro. Perdonó a Cristiano su intento de irse en verano, su huída de la pretemporada y le entregó los dos primeros partidos de Premier League. Dos sonoras derrotas le trasladaron al banquillo y el equipo hizo 'click'. Llegaron cuatro triunfos seguidos para los 'Diablos Rojos'. Cayó incluso el Liverpool.
Ahí se despertó la alarma. Como dice Neville, el United es mejor sin Cristiano y el portugués, por su ambición y por su negativa al ocaso, se niega a entender que, a sus 37 años, la mejor forma de ayudar al equipo es ser revulsivo en la media hora final. Ese papel, que le intenta hacer comprender Ten Hag, no le gusta.
La falta de respeto contra el Tottenham Hotspur le ha costado un partido de sanción. Apartado del duelo en Stamford Bridge contra el Chelsea, donde el héroe fue su excompañero de mil batallas en el Real Madrid Casemiro. El brasileño sí entendió su rol en el equipo y aceptó las suplencias a su llegada, hasta que sus actuaciones convalidaron la titularidad.
Cristiano, sin valedores que apostaran para ficharle en verano, se desentiende del paso del tiempo y confía en que su físico aún le dé para jugar los 90 minutos de toda una temporada, por eso su ego le impulsa hasta pulsos que sus cifras no aguantan.
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Esta temporada, Cristiano ha sido titular en tres partidos de Premier y el United no ha ganado ninguno de ellos -dos derrotas y un empate-. Los de Ten Hag solo han perdido un partido sin Cristiano, el derbi de Mánchester contra el City, y el portugués apenas ha marcado dos goles, uno al Everton y otro al Sheriff en Europa League.
Con la impotencia de ver a Leo Messi despuntar en Champions League mientras él es relegado a la segunda categoría del fútbol europeo, Cristiano vive sus peores días en Mánchester, a la espera de arreglar su situación o de finiquitarla de una vez por todas.
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