Como embajador de buena voluntad de Unicef, Nairo Quintana no tardó en unirse a la celebración del Día Mundial de los Niños a través de una campaña llamada ‘Reimagina’.
Quintana abrió su corazón para hablar sobre su niñez: “El recuerdo más bonito que tengo de mi infancia era sentarnos toda la familia a comer, agradeciendo a Dios que teníamos alimentos, siempre hemos sido un gran equipo en mi familia. No teníamos juguetes que volaban solos ni los de control remoto, pero con una lata de sardinas hacíamos un carro y era la felicidad”.
Esa entereza y el respaldo familiar le sirvieron para sacar adelante el sueño de ser ciclista profesional.
“Me motivé tanto que se convirtió en mi proyecto de vida. Mi papá desde siempre estuvo apoyándome cuando empecé este sueño del ciclismo, sabíamos que no teníamos la última bicicleta, pero siempre estuvo el apoyo y la motivación que él me daba, por ejemplo, si la carrera era a las siete de la mañana, él estaba despierto desde las cuatro haciendo todos los preparativos. Él tuvo discapacidad física toda la vida y aun así era un ejemplo para mí por todo su esfuerzo para que su hijo fuera el mejor, él me permitió soñar”, señaló.
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Además, Nairo reflexionó sobre las dificultades que pasan muchos niños en Colombia y el mundo.
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“Deben crecer siempre protegidos, nunca deben ser discriminados, escuchemos siempre la voz de los niños y las niñas", apuntó. Por eso hizo la invitación a que se reimaginen un mundo mejor.
Por último, reveló que al Nairo niño lo invitaría a soñar si pudiera viajar en el tiempo.
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