
Este miércoles, el Real Madrid 'destrozó' al Manchester City 3-1 en el Santiago Bernabéu, por el partido de vuelta de los Play-Offs de la Champions League, con una histórica presentación de Kylian Mbappé . El marcador global quedó 6-2 a favor del dueño de casa, que clasificaron a los octavos de final de la competición europea.
En la capital española, los 'merengues' fueron amos y señores desde los primeros instantes. Prueba de ello fue que cuando el reloj marcaba el minuto 4, apareció Kylian Mbappé para darle apertura al marcador y poner a celebrar a todos en el Santiago Bernabéu. Posteriormente, y sin dejarle campo para que el City reaccionara, llegaron los otros dos tantos de la tarde.
Así repitió Mbappé, quien tuvo una de las noches con las presentaciones más relevantes desde que arribó al Madrid, y para no dejar dudas selló un triplete que quedará en la memoria de los cercanos a la huestes del blanco.
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En el cierre por Manchester City descontó, tras un tiro libre, Nico González. Un tanto que fue tardío para los ingleses.
En la eliminatoria de octavos de final, el encuentro de ida no lo podrá disputar Jude Bellingham, al ver este miércoles su tercera cartulina amarilla en la competición, que acarrea sanción.
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Un triplete de Kylian Mbappé, desatado en una noche europea soñada de blanco, hizo añicos al Manchester City más endeble de la 'era Guardiola', superado en todas las facetas por el Real Madrid, que extendió la superioridad del Etihad con un partido brillante en el Bernabéu que refuerza su candidatura a la decimosexta.
Revitalizado en el duelo de mayor exigencia, la que perfectamente podía haber sido la final, despertó la verdadera imagen dominante del Real Madrid en la Liga de Campeones. Ante una caricatura de Manchester City que suma un nuevo capítulo de desprestigio al peor curso de Pep Guardiola. El descrédito de caer antes de octavos lo esquivó con clara superioridad Carlo Ancelotti que siempre aseguró las semifinales.
Exhibiendo galones y poderío ofensivo, el Real Madrid recupera las credenciales rescatando su mejor fútbol en un duelo de grandeza. Sintiendo la trascendencia de partidos que marcan la temporada, atropelló al City, instalado en una peor versión incluso que la mostrada en el Etihad.
Nunca un equipo de Guardiola mostró menos señas de identidad en un campo. Será el quien decida si estos claros síntomas de fin de ciclo afectan solamente a futbolistas o también al banquillo. No hubo inventos tácticos en esta ocasión de un técnico que dejó grandes exhibiciones en la pizarra en el pasado. Genialidad o locura, apostó por sus tres fichajes invernales como titulares y la identidad del City mutó por completo respecto a su historia dorada reciente.
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Encarar un partido trascendental del único título grande por el que aún peleaba sin Rodri al mando, cuya dimensión se palpa en la ausencia prolongada, con De Bruyne en el banquillo, por si faltaba poco, sin Haaland tocado, era una losa. Y el Real Madrid sabía la forma de dañar la inconsistencia de una defensa impropia de la grandeza, al menos en presupuesto, de la plantilla del City.
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Tardó apenas cuatro minutos. En un balón de uno de los jugadores que más ha crecido en la eliminatoria, Raúl Asencio, en largo, preciso, a la espalda de los centrales que fueron un flan ante Mbappé. Midió mal Rubén Dias y precisó bien Kylian. De primeras, picando el balón a la salida desesperada de Ederson. Cualquier plan de Guardiola saltaba por los aires.
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Ante un City sin profundidad, con una posesión improductiva sin un solo pase decisivo entre líneas, que apenas pisó área rival, asomó un Real Madrid contundente, exuberante en el físico, preciso con balón al ritmo de Dani Ceballos. La movilidad con altas dosis de calidad de Bellingham, que dejó la peor noticia con una amarilla que le aparta de la ida de octavos, la electricidad de Rodrygo, la velocidad de Vinícius y la pegada de Mbappé.
El papelón de asumir el marcaje de 'Vini' en un City sin lateral derecho tras la espantada de Walker recayó en Khusanov. Desbordado. Superado siempre en carrera, indeciso en el juego aéreo y en la acción del segundo tanto madridista. A los 33 minutos, cuando el Real Madrid degustaba su superioridad.
Bellingham lo había acariciado en acción de estrategia, peinando en el primer palo el saque de esquina de Rodrygo. Mbappé chutaba todo lo que le llegaba aumentando el miedo del rival. Ederson sacaba con el cuerpo su disparo en carrera. Valverde lo intentaba desde lejos.
El City, que protagonizó capítulos de sufrimiento en el Bernabéu en el pasado ante el empuje madridista, con la remontada con doblete de Rodrygo en los últimos segundos de una eliminatoria que parecía perdida en la 'Champions' de las remontadas, nunca mostró una imagen tan débil. Sin una sola noticia ofensiva. Con Asencio crecido para frenar cualquier intento. Así llegó una acción coral para dar forma a un gran gol. La conexión de Jude con 'Vini', la indecisión de salir al corte de Khusanov la aprovechó Rodrygo para asistir a Mbappé. Recorte de diestra y zurdazo potente a la red. El Bernabéu era una fiesta.
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La esperada última palabra del City en el Bernabéu no llegó. Se esperaba más orgullo. Tardó 66 minutos en intentar un disparo, lejano y a la grada de Foden. Un segundo en el 76 al cuerpo de Courtois. El único entre palos hasta el tanto postrero de Nico tras una falta al larguero de Marmoush. Superado en todas las facetas sin solución alguna desde el banquillo. Nada cambió en el segundo acto, sin arriesgar, sintiendo todo perdido, en manos del Real Madrid.
Rodrygo buscó su gol con dos disparos pero era la gran noche soñada de Mbappé. Tras acariciar su triplete lanzándose a un centro de Valverde, tan fiable de lateral como en cualquier demarcación en la que juegue, y después de llevarse un golpe, nada más regresar al campo inventó una bicicleta y un disparo de zurda al palo largo al que no llegó Ederson. El Bernabéu coreó sin cesar el nombre de su nuevo ídolo, el más esperado, que ya decide los días grandes con su demoledora pegada.
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Restaba media hora de sufrimiento para Guardiola en el Bernabéu, sosteniendo en pie la imagen pobre de su equipo y el cachondeo de la grada. Hasta el balón fue del Real Madrid entre olés en la posesión. Un día de superioridad en el duelo de los que en el arranque de la nueva 'Champions' eran considerados los grandes favoritos, que refuerza la candidatura madridista a extender su reinado. Atlético de Madrid o Bayer Leverkusen esperan en octavos mientras resuena en el coliseo de la Castellana el "así, así, así gana el Madrid".