Con el estímulo de los nuevos talentos de la Masia, como los ya consolidados Lamine Yamal y Pau Cubarsí, o Marc Bernal y Marc Casadó, estrellas de la pretemporada, y la llegada de Dani Olmo , el Barcelona de Hansi Flick busca dejar atrás las sensaciones de los últimos años con un fútbol más físico y un nuevo sistema.
El final de la temporada pasada, sin títulos y con el adiós de Xavi Hernández , llevó al presidente del club, Joan Laporta , a dar un giro de 180 grados a la situación deportiva del equipo, con la contratación del técnico alemán y el avance de negociaciones para revertir la delicada situación financiera de la entidad.
El nuevo entrenador ha traído consigo una nueva forma de trabajar con respecto al banquillo anterior, centrado en pulir el aspecto físico de la plantilla, un control aún más exhaustivo sobre las lesiones y un nuevo sistema marcado por un doble pivote, convertible en un 4-3-3, especialmente en acciones ofensivas.
Apuesta por la Masia La pretemporada sirvió como prueba piloto para ensayar posibles onces de cara al inicio de temporada, y en este experimento brilló la dupla de Marc Bernal y Marc Casadó en el doble pivote, una posición que, desde el adiós de Sergio Busquets, quedó huérfana y en la que han sido probados -sin gran éxito- distintos jugadores.
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Ante este escenario, Flick aseguró al finalizar la gira americana que, con estos jóvenes y los lesionados, "hay jugadores suficientes ahí", por lo que se espera que ambos canteranos asuman responsabilidades en el primer equipo a lo largo del año.
En el capítulo de altas, de momento solo figuran la de Pau Víctor , máximo anotador en la Primera Federación el curso pasado con el Barça Atlètic y 'pichichi' del equipo en la gira americana, con tres goles, y la del polivalente centrocampista Dani Olmo, excanterano que hasta ahora militaba en el Leipzig y uno de los grandes responsables de que España ganara la Eurocopa.
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Su llegada será una pieza más dentro del rompecabezas que tiene ante sí Flick, obligado a combinar a tantos jugadores en el centro del campo, donde el técnico teutón tiene el reto de dar minutos de calidad a jugadores que están dando un paso adelante, como Fermín López, el más determinante con España en los Juegos Olímpicos.
Todo ello, a la espera de lo que ocurra con Nico Williams, vinculado al Barça durante todo el verano y con un futuro aún incierto después de su vuelta a los entrenamientos con el Athletic Club y el convencimiento por parte de la entidad azulgrana de que la operación del futbolista pamplonés es viable económicamente.
Ganar competitividad en España y Europa De momento, el Barcelona ha hecho oficiales las bajas de Sergiño Dest y Marcos Alonso -ambos libres- y la cesión de Oriol Romeu al Girona, a la que en los próximos días se prevé que se les unirán las marchas de jugadores como Clément Lenglet, Julián Araújo, ambos de préstamo en otros clubes en la campaña anterior, e incluso Vitor Roque.
La situación es parecida con Sergi Roberto, capitán la pasada temporada, con contrato finalizado y del que Flick ya dejó entrever en su presentación que no entraba en sus planes, por lo que se presume que Marc-André ter Stegen recoja el brazalete.
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Con la mayoría de jugadores ya disponibles, a falta de los lesionados, Flick deberá conseguir que su doctrina encaje en un Barça formado por talentos jóvenes y veteranos ante la necesidad de que el equipo gane competitividad en España y Europa.
Así quedó demostrado en el curso pasado, en el que cayó en los cuartos de final de Liga de Campeones tras dos campañas compitiendo en la Liga Europa, y cediendo en LaLiga ante el Real Madrid, vigente campeón con unos casi inalcanzables 95 puntos.
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