Yaser Asprilla, determinante en victoria 3-0 de Girona sobre Real Valladolid, por La Liga

El Girona redondeó este viernes un 2024 histórico y quizás irrepetible por la tercera posición lograda en LaLiga EA Sports y el estreno en la Liga de Campeones, con una goleada ante el Valladolid por 3-0 que sirve para enterrar una mala racha de seis partidos sin ganar, dormir octavo y alimentar el sueño del Estadi de Montilivi: regresar a Europa.

El Valladolid, penúltimo, demostró una imagen muy gris y pobre en el debut de Diego Cocca como nuevo entrenador y cayó casi sin ofrecer oposición, por los goles de David López, Abel Ruiz y Arnaut Danjuma.

El dominio local fue absoluto desde el inicio del partido como ya era de prever por los dibujos de ambos técnicos: un 2-3-4-1 ultraofensivo del Girona en ataque, con los laterales, Arnau Martínez y Daley Blind, a la altura de Iván Martín, único mediocentro, y un 5-4-1 ultradefensivo del Valladolid, arrinconado en su campo, sino en su área desde el comienzo del duelo.

En los primeros diez minutos el Girona, dueño y señor, rozó el 90% de posesión y sumó un disparo alto de Donny van de Beek, un pase de la muerte de Blind tras combinar con Bryan Gil que no encontró rematador y un chut de Yáser Asprilla que se envenenó tras chocar en un defensa y Karl Jakob Hein tuvo que desviar a córner, además de varios centros con peligro.

El Valladolid dio un tímido paso adelante cumplidos los diez minutos, pero era víctima de su planteamiento y pronto volvió a retroceder metros mientras el Girona, cómodo en campo rival, coleccionaba ocasiones. Asprilla y Van de Beek, recuperado por Míchel después de cursos demasiado grises, sin continuidad, hacían daño en la frontal del área. Buscaron el gol Blind, tras un maravilloso pase picado de Miguel, Van de Beek y Arnau.

El control de la posesión era inapelable, más del 75% al descanso, pero el Girona acosaba sus dos grandes asignaturas pendientes esta temporada: la falta de ritmo de juego y la falta de pólvora a partir de tres cuartos de campo. El equipo, el banquillo y la afición locales se indignaron con González Fuertes porque no apreció penalti en un posible manotazo del joven Juma Bah sobre Abel Ruiz. Incluso le mostró amarilla por protestar.

El Valladolid, por su parte, tan poco ambicioso, intentaba arañar tiempo cada vez que se paraba el juego. Pero al final acabó lamentando el 1-0, tras un precioso eslalon de Bryan Gil por la frontal que acabó con una falta sobre la línea del área. Miguel disparó con mucha fuerza y la pelota entró de manera afortunada después de rebotar en David López. Era el minuto 31.

El gol dio confianza al Girona y poco después ya encarriló el encuentro, en el 39'. Centró Miguel, omnipresente una noche más, futbolista total, y Hein se comió el cabezazo picado de Abel Ruiz, criticado por su rendimiento en su primer trimestre en Montilivi. Fue su tercer gol como rojiblanco y el primero desde el 1 de septiembre.

El 2-0 hacía justicia a las intenciones de ambos equipos y la segunda parte, de hecho, se inauguró con un nuevo intento desde lejos de un Asprilla creciente en el encuentro y en la temporada. A la hora de juego, Cocca dio entrada a Selim Amallah, pero seguía con la línea de cinco defensas y seguía sin haber noticias de su equipo, inofensivo, en el área de Paulo Gazzaniga.

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Solo tuvo que intervenir para despejar un duro disparo de Mario Martín en el 67'. Hein enmendó su error en el 2-0 con un pie extraordinario y salvador para neutralizar un remate franco de Bryan Gil que era gol.

Incluso a pesar del 2-0 Míchel fue más ambicioso que Cocca: recurrió a Danjuma y Cristhian Stuani, mientras que el argentino no sacó a Raúl Moro del banquillo hasta que faltaban 15 minutos. Ya era muy tarde.

El Girona jugaba con hambre y conquistó por méritos propios el 3-0. Fue el último gol del año en Montilivi y el primer gol de Danjuma como rojiblanco. El atacante neerlandés pudo estrenarse, al fin, al aprovechar un pase al corazón del área de Arnau, en una jugada en la que Hein también quedó señalado. Selló la octava derrota del Valladolid en nueve desplazamientos. Montilivi sonrió y puso fin a un 2024 histórico e inolvidable.