Una popular frase dice que "el futbol es la cosa más importante de las menos importantes", pero, ¿por qué? Con el paso de los años, este deporte ha tomado un nivel de relevancia e impacto a nivel mundial impresionante, hasta el punto que se le relaciona con la política, la cultura, las sociedades, la economía y hasta la religión.
Justamente, en cuanto a la parte del dinero han surgido toda clase de estrategias con el fin de monetizar, aprovechando la imagen del club, la pasión del hincha, la figura del jugador, entre otros. En medio de eso surgió un término que era tal vez desconocido, pero que, poco a poco, fue tomando fuerza: 'marketing deportivo'.
Además de los contratos directos con sus clubes, los futbolistas también pueden sumar altos ingresos por temas externos de publicidad, ya que, por lo mediático que se ha vuelto todo, encontraron una mina de oro en este sector. No es casual que varios jugadores tengan su propio equipo encargado de manejarles la imagen.
Hablar hoy en día del número de seguidores es casi igual de importante a hacer referencia a la calidad y habilidad que se tiene con el balón. Prueba de ello es el ránking que 'Transfermarket' publicó con los futbolistas que más seguidores tienen en la red social Instagram, liderado por Cristiano Ronaldo, con 400 millones.
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Allí, en ese listado apareció el nombre de James Rodríguez, ubicado en el noveno lugar, gracias a sus 48 millones, cifra no menor y que convierte al mediocampista colombiano en un todo un atractivo para diversos clubes, en temas de mercadeo. Basta con recordar lo ocurrido en el Real Madrid, con la venta de camisetas.
Y es que cuando un deportista es tan mediático, su marca es fuerte, cuenta con un muy buen posicionamiento y es querido o aclamado por los hinchas, se convierte en un diamante en bruto para los equipos de fútbol, quienes pueden verlo como un producto, al que le pueden sacar un enorme provecho.
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Eso sí, se debe tener cuidado de no caer en el error de dejarse llevar por lo externo o los temas de mercadeo, descuidando la parte deportiva, que fue el punto de partido para lo que fue llegando con el paso del tiempo. Ahora, no está mal y eso dependerá de la decisión que haya tomado el propio futbolista.
Este último aspecto al que se hizo referencia ha sido tema de debate en los últimos meses y podría decirse que años, justo cuando se habla de James Rodríguez, a quien algunos han señalado de que se ha preocupado más por el marketing, sus redes y demás factores externos, que por lo que pueda hacer en una cancha.
¿Respetable? Claro que sí. ¿Esos juzgamientos son ciertos? No lo sabemos, ya que solo el volante y su entorno conocen la realidad. ¿Podemos entenderlo? Seguro. Por eso, en Gol Caracol hablamos con una experta en marketing deportivo y dos conocedores del tema, desde el manejo de redes sociales.
Diana Osorio, fundadora y gerente de la agencia de marketing deportivo, 'The Coach', afirmó que "los futbolistas se tienen que pensar como empresas, por el nivel de ingresos que tienen, las audiencias que atraen y el tipo de carreras, entonces ya no los podemos ver como el simple humano con una labor, sino como el tamaño de influencia."
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Dicho esto, "es necesario tener la vida privada separada del contenido de marketing; así como el jugador tiene un equipo en la cancha, afuera debería tener uno, ya que sus facturaciones pueden ser superiores a las de una marca convencional. Además, evitaría manejos inadecuados y salidas en falso."
Justamente, este ha sido uno de los aspectos por los que el cucuteño ha sido blanco de señalamientos. Basta con recordar sus polémicas declaraciones sobre el cuerpo técnico de la Selección Colombia, el hecho de decir que no sabía contra quién jugaba Everton (su equipo en aquel entonces) y más.
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"Si uno se entiende como una marca y se hace una planeación, se puede dividir entre lo que quiero y no quiero comunicar. Hay que diseñar qué quiero que vean de mí. Ahora, si encuentras un contenido no planeado y a la gente le gusta, es lógico que los vas adaptando y ahí es donde se pueden agarrar comportamientos o prácticas positivas o negativas", añadió.
Pero no fue lo único que Diana Osorio afirmó al respecto. Esas salidas en falso tienen más explicación. "La competitividad hace parte de un atleta y hay que saberlo traducir a las redes. Si no entiende para qué hace algo, se tienen que asumir las consecuencias de ser 'bocón' o soltar una 'bomba'. Hay que ser medido y entender todo."
"Eso sí, bien o mal, James tiene una audiencia que lo mantiene, lo defiende y lo vuelve muy interesante para los sponsors y los clubes. Puede que la gente le vea algo negativo, pero desde lo económico no está mal y los indicadores lo demuestran. Habría que ver si le interesa ser el próximo Pelé o, por el contrario, solo la parte económica", expresó.
No somos nadie para juzgar y menos si no conocemos la estrategia del actual mediocampista de Al-Rayyan, quien, incluso, anotó un gol este martes 15 de febrero. No obstante, "sí se espera que tenga una estrategia clara y esté tomando buenas decisiones, ya sea para solo tener fincas, caballos y hoteles, o su, por el contrario, quiere ganar un Mundial."
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Lo cierto del caso es que ser el noveno jugador en el mundo con más seguidores en Instagram significa "alcance y mucha reputación. James, con sus altibajos, es amado, genera orgullo y hasta cierto morbo porque se quiere saber qué hace. En la actualidad, miran el rendimiento deportivo igual que el poder de sus redes", sentenció Diana Osorio.
Y hay más análisis de este caso. Víctor Solano, experto en temas digitales, puntualizó que esos 48 millones de seguidores es sinónimo de que despierta simpatías. Seguir a una figura pública muestra fanatismo, no necesariamente es seguido por sus contenidos. Solo es una muestra de adherencia y respaldo."
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Aunque se debe aclarar que si bien, anteriormente, hablábamos de que "esto es un instrumento para monetizar, luego de publicar contenidos patrocinados con altas sumas de dinero, también juega el tema de los egos por diferenciarse de otros colegas por el número de fans, subiendo ese status para ellos."
Sin embargo, en medio de esa búsqueda de ingresos extra, de sentirse amado, de superar a los demás, en fin, existen unos cuantos factores de cuidado, además de los ya expuestos, y así los reseñó Chema Lamirán, CEO de Digital Media Sports y Profesor de Marketing Digital en la Universidad Europea de Valencia.
"La parte negativa se deriva de la sobreexposición o que cualquier pequeño acto pueda o ser malinterpretado o tener sus consecuencias negativas en caso de que no se haga de la manera adecuada. Para evitarlo es mejor que el jugador maneje sus propias redes, bajo una supervisión conjunta en el equipo de comunicaciones y el deportista", dijo.
Cuando esto no se hace, puede acontecer lo que pasó con James Rodríguez, cuando no era llamado a la 'tricolor' y no tenía la continuidad esperada en su club. "El deportista en momentos en los que no se controla, puede sacar su parte amarga y reflejar sus frustraciones en las redes sociales, siendo algo malo", añadió.
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Es en ese preciso momento donde los señalamientos llegan, haciéndole saber que su carrera deportiva se estaría viniendo abajo porque se preocupa más por sus caprichos, aparecer en redes, hacer dinero, pensar en él y nadie más, dejarse llevar por lo externo y olvidando lo deportivo, entre otros comentarios, pero, ¿Qué pasa?
"Lo de James es el típico caso de un deportista que a priori generaba grandes expectativas y, poco a poco, ese rendimiento deportivo y con ello su hambre de triunfos, se redujeron. Además, puede que tenga muchos seguidores, pero lo que se ve reflejado en sus redes no está asociado a valores de esfuerzo, trabajo o victorias en cancha", expresó.
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Y como bien lo expusieron tanto Diana Osorio, como Víctor Solano, todo acto tiene una consecuencia y hacer las cosas de esa manera no es la excepción. "Si al final el deportista no consigue triunfos y su vinculación es a la moda o la belleza o su imagen y no a valores o a su carrera, pasa lo que sucede y es que la gente le eche en cara esos excesos de selfies, poses en redes sociales y sobreexposición, lo cual incluye gafas de todos los tipos, cabellos de diversos colores, en fin", puntualizó.
En medio de toda esta problemática en la que parece estar envuelto James Rodríguez, tras conocer las dificultades y lo mal que ha hecho ciertas cosas, en especial al dejar un poco de lado lo deportivo, debe existir una solución y el propio Chema Lamirán lo expone.
"La gente admira a los deportistas por lo que ganan en cancha, pero también por lo que transmiten y lo que son. Contar y reflejar más sobre sus actitudes, sus inquietudes, expectativas, triunfos y fracasos y, por supuesto, esfuerzo y superación debería ser algo para contar en sus redes", afirmó.
Así las cosas, "el deportista ha de vincularse a valores y no solo a triunfos, porque si sucede que no hay triunfos, y tampoco valores o actitudes, al final el reflejo del deportista puede ser una imagen frívola", algo que, infortunadamente, el volante ha vivido en los últimos tiempos, más allá de uno que otro resultado alentador.
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