La historia de Richard Ríos, el jugador de la Selección Colombia de fútsal que fichó Flamengo

Luego de brillar con la ‘tricolor’ en el Suramericano Sub-20, disputado en 2018 en Brasil, fue llamado por el equipo ‘carioca’ para presentar unas pruebas que pasó con creces y así, a sus 19 años, cambió las zapatillas por los guayos.

“Aquí en Brasil es normal que los clubes llamen a los jugadores de fútsal a probarse a sus equipos de fútbol once. El ejemplo más reciente es el de Vinícius Jr., la rompió en Flamengo y ahora está en el Real Madrid”, con ese espejo y una maleta cargada de sueños, el colombiano Richard Ríos se presentó a la charla desde el país de la samba con GolCaracol.com.

Este antioqueño, de 19 años, desde hace tres brilla en los coliseos de nuestro país vistiendo las camisetas de Real Antioquía y Alianza Platanera. Esas actuaciones fueron las que le abrieron las puertas de la Selección Colombia de fútsal, donde gracias a su talento, hoy en día puede decir que entrena con Gustavo Cuéllar, Orlando Berrío, Diego, Filipe Luis, entre otros.

“El ídolo de Flamengo es Cuéllar. Cuando llegué jugamos un amistoso contra la profesional y hace poco me subieron a entrenar con ellos (por el momento hace parte del plantel juvenil). Hablé con Berrío y me dio muchos consejos. Ya es un amigo que tengo ahí. Me dijo que siempre fuera humilde, que aparte del club y de todo lo que me pueda ganar, siempre mantenga los pies en la tierra”, aseguró.

Y aunque esté rodeado de figuras y su ídolo tenga nombre de brasileño, sea una estrella y haya protagonizado el fichaje, hasta ahora, más caro de la historia; es su padre al que le ha brindado, le brinda y le seguirá brindando todo tipo de idolatría. “Mi papá se llama Neymar, igual que el jugador. Siempre se las arregló para que nunca nos faltara nada, es mi mayor ejemplo”. 

Junto a su padre, la familia de Richard la componen su mamá Sandra, su hermano mayor que se llama igual a su papá y juega profesional en la Liga Argos; y su otro hermano -también mayor-, Steven. “No deje por fuera a mi novia, Natalia, ella tiene un papel importante en todo esto. Mantener una relación a larga distancia, y trabajar y estudiar al mismo tiempo; no lo hace cualquiera”.

Con esa motivación y ese apoyo incondicional, Ríos siempre tuvo un balón en sus pies. Desde su natal Bello (Antioquía), Águilas Doradas se fijó en él y lo llamó para probarse. “Allí estuve como volante de marca, pero sufrí mucho porque tenía baja estatura y eso no les gustó a los entrenadores. Lastimosamente en Colombia se fijan más en el físico que en el talento. Por eso me decidí por el fútsal”.

A pesar de esto, Richard en un par de meses se pegó la ‘estirada’ y ya hoy mide 1,84; estatura que le sirvió para sacar ventaja en el fútsal y que hoy, en Flamengo -equipo con el que firmó por un año-, usa para destacar en su actual posición: volante mixto.

Cambios con los que ha tenido que vivir a su corta edad. “Antes no me imaginaba jugando fútbol once, quería destacarme con la Selección Colombia de fútsal y por eso rechacé propuestas de Medellín y Envigado. Ahora, en Flamengo -una oferta que no le llega a cualquiera- solo pienso en alcanzar mi sueño de ser futbolista. Aquí o en otro lado, no bajaré los brazos hasta lograrlo”.

“Yo soy un joven soñador, un joven que empezó desde pequeño en esto y lucha todos los días por lograr sacar a mi familia adelante, quiero comprarle una casa a mi mamá. No me interesa ser reconocido, entre menos lo conozcan a uno más tranquilo va a vivir; pero estoy muy orgulloso de lo que me está pasando. Aquí, ya cumplí mi sueño. Lo estoy viviendo y todavía no caigo”, finalizó la charla una de las mayores promesas de fútsal de nuestro país, que ahora se ilusiona con seguirlo siendo, pero con los guayos puestos y dentro del mítico estadio Maracaná.  

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