Una actuación plana y pobre de un Milan plagado de suplentes devolvió a las andadas al conjunto 'rossonero', que, tras la alegría de ganar al Nápoles en los cuartos de final de la Liga de Campeones, puso en peligro su cuarto puesto en la Serie A con un empate ante el Bolonia (1-1). El colombiano Jhon Lucumí fue titular y clave en la valiosa igualdad conseguida este sábado.
La unidad 'B' de un Pioli, que alteró su once con hasta diez novedades -solo Maignan en la portería repitió como titular- pensando en la vuelta de Liga de Campeones, no pudo empezar de peor manera. El Bolonia, en el segundo 33, ya estaba por delante.
Y es que salió muy potente el conjunto que dirige el italiano Thiago Motta, que suena para mayores desafíos en Italia debido a la gran temporada de un Bolonia que se resiste a alejarse de los puestos europeos, y en la primera jugada, protestada por los visitantes por una posible falta en ataque sobre Ballo-Toure en el perfil zurdo, Sansone consiguió rematar desde el corazón del área el centro lateral de Posch para poner en jaque a un Milan que, aunque piensa en 'Champions', necesita puntos para asegurar el top-4.
El golpe, lejos de aturdir a los 'rossoneri' les obligó a reaccionar con rapidez. Los Origi, De Ketelaere, Saelemaekers o Rebic, ante la enésima oportunidad para demostrar que pueden servir para algo más que para los minutos residuales, tenían que dar un paso al frente para darle la vuelta al marcador.
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Poco a poco, más con empuje que con claridad, y gracias a un Pobega inspirado en el centro del campo, el Milan fue hundiendo a un Bolonia incapaz de responder a la contra, bien defendido siempre por la atenta zaga milanista, que impidió más sorpresas en el primer acto.
El dominio visitante acabó transformándose en un gol justo antes del descanso. Fue Pobega el que acabó superando la maraña defensiva boloñesa con un potente disparo desde la frontal del área que se coló ajustado al palo izquierdo de la meta defendida por Skorupski.
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El empate dio alas a un Milan que salió motivado en el segundo tiempo, con confianza y con necesidad de marcar el segundo para no comprometer su puesto de Liga de Campeones. Pero no tardó en diluirse esa sensación y el choque empezó a transitar en un ida y vuelta continuo sin dueño en el centro del campo, reduciendo las oportunidades de un Milan que, sin sus jugadores determinantes, necesita del dominio total para hacer daño.
De hecho, Pioli no tardó en dar entrada a sus hombres de confianza. Introdujo a Brahim Díaz y a Leao en los puestos de Origi y De Ketelaere. Los belgas se fueron al banquillo de nuevo tras una actuación más que discreta, desaprovechando una nueva oportunidad para reivindicarse. Especialmente destacable es el caso de De Ketelaere, que llegó como la gran apuesta del Milan en el mercado estival complicando a un Brahim que acabó asentándose en el once con sus buenas actuaciones y relegando al joven belga a la suplencia.
Apretó el Milan en los minutos finales con un ataque mucho más incisivo liderado por Leao y Brahim, frescos, que generaron varias ocasiones para lograr el gol de la victoria que no acabaron de concretar. Pobega estuvo cerca del doblete y los 'rossoneri' protestaron un posible penalti por mano que ni el colegiado ni el VAR señalaron. El Bolonia se conformó con intentarlo a la contra, pero concentrado en mantener el resultado, sus ataque fueron infructíferos.
El empate no se movió del marcador y el Milan no solo no asalta el tercer puesto, sino que deja su cuarta plaza a merced del Inter, que juega ante el Monza. El Bolonia, por su parte, sumó su quinta jornada sin perder y es octavo, empatado a 44 con un Juventus que, eso sí, tiene que jugar su partido en esta jornada.
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