El danés Kasper Schmeichel evitó este miércoles la derrota del Celtic de Glasgow ante el Atalanta (0-0) en un partido en el que sostuvo a los suyos con un recital en la portería, salvando un valiosísimo punto para los escoceses, mucho más amargo para los italianos por el devenir del encuentro.
En una noche en la que fue claramente superior, en la que mereció la victoria y en la que generó las suficientes ocasiones para llevarse los tres puntos en casa, se topó la 'Dea' con un muro danés de 37 años que evitó la goleada con manos salvadoras, frustrando uno a uno todos los ataques de los de Bérgamo. Juan Guillermo Cuadrado ingresó a falta de 20 minutos para el final del tiempo reglamentario y no tuvo ninguna oportunidad clara de abrir el marcador, a pesar de ingresar y ser participativo para los de Bérgamo.
Líder absoluto de los suyos, le dio igual el autor de las acometidas. Desesperó a Retegui, al que apartó de su primera gran noche europea, todavía inédito en la máxima competición a nivel de clubes; anuló a Pasalic, frenó a Lookman y redujo a De Ketelaere. Paradas de todos los tipos y colores. Arriba, abajo, salidas a tiempo, reactivo bajo palos. Un recital ante el asombro de todos los presentes.
Porque la realidad es que la 'Dea', en casa, fue un torbellino y pujó fuerte por la victoria desde el inicio, consciente de que en su feudo debe sacar cada punto posible para ganarse sus opciones de estar en octavos, ya sea de manera directa o por 'play-off'. Los datos reflejaron el partido: 20 ocasiones por 4 de los escoceses.
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Empezó muy fuerte con dos buenas ocasiones de Retegui y Lookman. La primera del ítalo-argentino, que no llegó al remate al segundo palo por milímetros. La segunda del nigeriano, héroe de la noche mágica que dio la Liga Europa en mayo, el primer título europeo de la historia del club. Ahí apareció ya Schmeichel. Comenzó su 'show' particular.
Era un asedio constante de los de Gasperini en la primera mitad. Pasalic se impuso en el aire, pero su testarazo dio en el larguero. Volvió al ataque el centrocampista croata, de lo mejor del partido, con un disparo potente, aunque muy centrado, parado por el meta danés.
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Insistió Retegui con otro remate de cabeza en busca del desbloqueo que merecía su equipo y de su primer gol en Europa. Pero lo sacó bajo palos, reactivo, Schmeichel. El monólogo de la 'Dea' era indiscutible. Pero la respuesta del guardameta de los de Glasgow era cada vez más contundente. Cada ataque, cada centro lateral, cada disparo lejano. Todos en su poder sin atisbo de duda.
Lo intentó en la segunda mitad De Ketelaere, que entró en el puesto de Retegui. Nada había cambiado. Schmeichel otra vez. Se reorganizó en defensa el combinado escocés en los minutos finales sabedor de que el bote del empate en Bérgamo, después de una derrota y una victoria, sabía a mucho más que un empate. Y más teniendo en cuenta el dominio abrumador de los italianos.
No pudo hacer nada el Atalanta y cedió ante la resistencia del veterano guardameta, gigante en cada acción, decisivo en un partido que mantiene al Celtic con opciones de pelear por el 'play-off' y aleja a la 'Dea' de los ocho primeros.