El Bolonia le plantó cara este sábado al Nápoles (2-2), campeón de la Serie A, y consiguió reponerse de un doblete del nigeriano Victor Osimhen en un partido con un final caótico en el que a punto estuvo de llevarse los tres puntos pero que, en cambio, le deja casi sin opciones de ir a Europa la próxima campaña.
Pocos equipos luchan ya por algo en la Serie A y algunos lo hacen pensando en una sanción al Juventus por parte de la UEFA. Es el caso del Bolonia, que junto a Monza, Torino y Fiorentina pelea por la octava plaza, a la espera de que el combinado turinés no pueda jugar Liga Conferencia para quedarse con su plaza. Y se notó sobre el campo en su último partido de la temporada ante su afición, en el que consiguió frenar al que ha sido el mejor equipo de la temporada.
Un Nápoles, campeón desde el pasado 4 de mayo, cuyo único objetivo es ya que su ariete se convierta en el primer 'capocannoniere' -así se conoce en Italia al máximo goleador- africano de la historia de la Serie A. Con el doblete se coloca con 25 tantos, cuatro más que su perseguidor, el argentino Lautaro Martínez.
Tampoco necesita el conjunto partenopeo cambiar su estilo de juego para lograrlo porque el nigeriano es absolutamente solvente y autosuficiente, como demostró ante el Bolonia.
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Ya desde bien temprano, el Nápoles dio muestras de que, pese a no tener nada en juego, no es un equipo que vaya a pasearse estas últimas jornadas. Es la seña de un Spalletti que, contra todo pronóstico, vive sus horas más convulsas en el banquillo del club sureño, con su continuidad más en el aire que nunca pese a la histórica gesta.
Mantuvo su presión alta habitual en los primeros minutos el combinado napolitano, con un once que salvo dos jugadores ha sido habitual durante la temporada. El Bolonia, pese al incesante ansia del Nápoles, no se puso nervioso. El equipo que dirige el italiano Thiago Motta inició desde atrás la jugada, con la personalidad que le caracteriza, y consiguió salir limpio por el perfil zurdo en varias ocasiones.
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Pero en una de esas salidas desde el fondo, con el Nápoles apretando, el meta boloñés Skorupski intentó filtrar un balón al centro del campo con su pierna mala. El pase se quedó corto y apareció Osimhen para interceptarlo y marcar el primero a puerta vacía.
El partido siguió el guion inicial. El Nápoles, eso sí, bajó la intensidad en la presión y facilitó las cosas a un Bolonia que tuvo ocasiones en la primera mitad pero que no pudo poner el empate. Mientras, el Nápoles seguía a lo suyo, jugando con la tranquilidad del campeón, aunque sin perder su esencia.
En la segunda mitad llegó la que parecía la sentencia del choque. De nuevo Osimhen. El nigeriano recibió un pase de espaldas dentro del área, pero dejó correr el balón y engañó a su par con el cuerpo, abriéndose así un hueco fundamental para poder fusilar a Skorupski y colocar el 0-2.
Intentó Kvartaskhelia unirse a la inercia goleadora de su compañero con dos disparos desde fuera del área, muy activo siempre el georgiano pero sin encontrar en gol que necesita, pues no marca desde el pasado 19 de marzo. Pero fue el Bolonia el que encontró recompensa por partida doble a su buen partido.
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Primero en el minuto 62 con el tanto de un Ferguson que aprovechó un rechace de Gollini para recortar distancias. El partido empezó a complicarse para el Nápoles porque el Bolonia comenzó a creer en la remontada. Tuvo varias ocasiones claras antes de que De Silvestri firmara el empate en el minuto 84 con un testarazo que agitó, mas todavía, el final de un partido que se tornó en caótico, con el Bolonia decidido a ir a por el tercero.
Lo encontró, de hecho, en la última jugada, pero el asistente levantó la bandera para anularlo por fuera de juego. No pudo rubricar la remontada completa el combinado de Thiago Motta, que se queda undécimo con 51 puntos, casi sin opciones de optar a una octava plaza que podría significar la Liga Conferencia si la UEFA sanciona finalmente al Juventus.
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