El estadounidense Sepp Kuss (Jumbo Visma), líder de la Vuelta a España espera tranquilo y optimista la última semana de carrera,en la que espera salvar los obstáculos para llegar a Madrid con la camiseta roja.
Los retos principales serás las etapas de montaña en Asturias, con el Angliru de gran protagonista y la inédita subida a la Cruz de Linares.
"Me gustan los puertos que siguen ahora en Asturias y Cantabria. Ésos son mi tipo de subidas, las empinadas. Me siento bien y estoy deseando que lleguen", asegura Kuss en Sporza.
El ciclista de Durango (Colorado) ya conoce el Angliru, y los recuerdos son muy positivos porque en ese escenario prestó un gran servicio a su compañero esloveno Primoz Roglic.
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"Lo disfruté y pude ayudar a Primoz Roglic, que entonces era líder. Así que voy allí con buenos recuerdos, pero también hay que tener buenas piernas, dijo Kuss, quien recordó la dificultad de la jornada con final en la Cruz de Linares y la "clásica" de Madrid del sábado
"Una jornada de corte clásico es difícil de controlar. Puede ser impredecible, pero las piernas hablarán", comenta.
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Ante la situación favorable para su equipo, Kuss es partidario de no dar nada por ganado y evitar los excesos de confianza.
"No debemos perder de vista el panorama general. Queremos mantener esta situación, pero en este deporte no hay regalos. Queremos ganar esta Vuelta con uno de nosotros. Tenemos que ser honestos unos con otros. ¿Quién se siente mejor y quién puede terminar?", analiza el líder.
Kuss tiene en consideración que el equipo confía en él, pero precisa que nadie regala nada y que sus compañeros también quieren ganar.
"Nos conocemos bien y es bueno que los demás compañeros estén felices y crean en mí. Pero también quieren ganar. En este deporte no se reparten regalos".
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El ciclista americano mostró su cariño hacia la Vuelta, la primera grande que hizo.
"La Vuelta fue mi primera gran vuelta, en 2018, y tengo un vínculo especial con ella, más que con otras carreras. Es lindo sentir el cariño de la gente. Me identifico más con esta prueba, con los espectadores, con las carreteras", asegura Kuss, residente en Andorra.
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