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Oliverio Rincón y una participación imborrable en el Giro de Italia: recuerdos, anécdotas y triunfos

Terminó la edición 105 de la 'corsa rosa' y en Caracol Sports viajamos en el tiempo para hablar con este exclicista colombiano, quien fue quinto en 1995, para conocer su historia y particulares vivencias.

Oliverio Rincón, exciclista colombiano
Oliverio Rincón, exciclista colombiano
Archivo de Colprensa

Qué bien le ha sentado, históricamente, el Giro de Italia a los ciclistas colombianos, o sino que lo diga Oliverio Rincón. Y es que, en su única participación en esta carrera, que fue en 1995, no solo ganó una etapa, sino que estuvo cerca de subirse al podio, finalizando quinto en la clasificación general, pero por un error, del cual no tuvo culpa, o al menos eso nos contó.

Y es que, en entrevista con Caracol Sports, el exciclista nacido en Duitama, Boyacá, de 54 años, reveló detalles inéditos de la historia que vivió en aquella edición de la 'corsa rosa': el regalo que le pudo dar a su hijo recién nacido, un castigo insólito que le costó una mejor posición, el rival que siempre le hizo la vida cuadritos, varias divertidas anécdotas y muchísimo más.

De igual manera, gracias a su experiencia y conocimiento, se animó a decir cuál fue ese granito de arena que aportó a la actual generación dorada de ciclistas colombianos, a la que se le abrieron las puertas y, aprovechando ese impulso, logró importantes resultados. Además, el mito que tuvieron que romper y el mal concepto en el que nos tenían en Europa.

¿Cuáles son sus recuerdos de aquella participación en el Giro de Italia?
"Para mí, el paso por el Giro de Italia fue una gran experiencia. Tenía muchas ganas de participar en esa grande porque es una carrera dura, de alta montaña y se acomodaba a mis condiciones. En esa época, corría en un equipo español, así que la mayoría del calendario era en España, pero cuando se dio la chance de ir al Giro, lo hice y estaba en óptimas condiciones".

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¿Qué tiene de especial la 'corsa rosa', más allá del recorrido y perfil?
"Es duro, en especial por su topografía, donde todos los días se está subiendo. Además, hay recorridos con carreteras muy estrechas, hace mucho frío, los traslados hasta el hotel y luego, al otro día, al punto de partida eran largos, lo cual cansaba. Tiene de todo y hay que sabe llevarlo porque la verdad no es nada fácil y el desgaste y casancio se van sintiendo bastante".

Usted, que fue quinto en la clasificación general, ¿Cuál es la clave para firmar un registro de tal magnitud?
"La buena condición física es clave. En ese momento, las carreras largas y la montaña no me perjudicaban, así que lo hice bien; de hecho, de no ser por las dos o tres contrarreloj que hubo en aquella edición, donde perdí demasiado tiempo, el desenlace de la historia hubiera sido diferente, entonces. La clave, por nuestras condiciones, es aprovechar la montaña."

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¿Alguna anécdota en particular que haya vivido en aquella competencia?
"Me pasó una que ni se imagina (risas). En una de esas contrarreloj, me topé con un corredor saliendo de un túnel, algo en particular pasó y el caso es que me sancionaron con un minuto, cuando el culpable había sido el otro, lo que pasa es que, en ese entonces, no había cámaras como ahora. Pero eso fue muy injusto e hizo que perdiera una casilla en la general."

¿Quién fue ese rival al que usted siempre quiso ganarle?
"Siempre me encontré con un rival como Tony Rominger, quien no solo ganó varias etapas, sino que además se impuso en todas las Vueltas a España que corrí, pues fue el más fuerte. Eso sí, sabía que, en los ascensos, conmigo era complejo; igual no me daba tanta ventaja. Fue un rival difícil y que siempre me complicó la vida, pero también intenté complicársela."

Además de ese quinto lugar final, ¿Por qué fue especial aquel Giro de Italia?
"En una etapa de mucha montaña, ese día nació mi hijo, así que busqué, ataqué, miré por todos los medios e hice hasta lo imposible por ganar. Me encontré una escapada, los rivales fueron quedando en el camino y llegamos solo dos al final; no obstante, en el esprint final perdió y fue triste. Al otro día, afortunadamente, sí gané y se lo dediqué a mi hijo nacido."

¿Cuál fue la reacción de su familia ante ese logro?
"Además de lo de mi hijo, el quinto lugar fue muy relevante porque los colombianos hasta ahora estábamos adaptándonos a ese sistema de competencia europea, con las contrarreloj, la dificultad del viento y un estilo diferente. Así que estar en los cinco fue un gran logro. Además porque se abrieron puertas para que, ahora, disfrutemos de grandes ciclistas nacionales".

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Hablando de los "grandes ciclistas nacionales", ¿Cuál fue ese granito de arena que su generación aportó a la actual?
"Empezando por Martín Emilio 'Cochise' Rodríguez y Rafael Antonio Niño, luego con Fabio Parra y 'Lucho' Herrera, cada uno de estos corredores marcaron ese proceso porque aprendimos cómo preparar estas vueltas, la manera de correrlas y qué hacer en determinados momentos, fuimos como esa generación de prueba y que, de paso, abrió más de una puerta".

¿Qué fue lo que más costó de ese aprendimiento?
"Aprender a correr en grupo. De hecho, tuvimos que terminar con un mito y era que cualquier caída se generaba por culpa de algún colombiano. Eso lo fuimos aprendiendo y, de alguna manera, le enseñamos a los futuros corredores y se hicieron, en esa época, escuelas de ciclismo. Se empezaron a llevar jóvenes promesas a Europa y se dio la transición positiva".

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