El suizo Marc Hirschi tiene un referente a seguir, el futbolista Kylian Mbappé. El señuelo se lo marcó su compatriota Fabian Cancellara, hasta este jueves el último helvético en ganar en el Tour de Francia y desde hace un año su representante, consejero y amigo.
Con 22 años, Hirschi parece tocado por ese don de las grandes estrellas. Como la joven promesa del fútbol francés, que rondando la veintena ya atesora un increíble palmarés, el suizo se ha revelado como un talento precoz.
En su debut en el Tour de Francia ganó su primera etapa como profesional, un éxito al alcance de pocos y que consiguió con mucha dedicación, tras haberlo rozado en dos jornadas anteriores
Hirschi, que ha sido campeón del mundo y de Europa júnior, prefiere la determinación a la duda. "No me lo pienso dos veces, cuando creo que hay una opción me lanzo a por ella".
Publicidad
En la meta de Sarran no se atrevió a soñar hasta que sus ojos divisaron ya la pancarta de meta. "Ya me había quedado cerca dos veces, no me podía confiar", aseguró.
A la tercera
Publicidad
En Niza, en la segunda jornada, se lanzó a por la victoria en los kilómetros finales junto al francés Julian Alaphilippe, que le adelantó por muy poco y le arrebató el triunfo y el maillot amarillo.
Siete días más tarde, en la segunda etapa pirenaica lo intentó desde más lejos y tras rozar los cien kilómetros fugado, incluido el ascenso al duro Marie Blanque, vio como el grupo de favoritos le alcanzaba a falta de dos.
"Eso sí fue frustrante. No solo porque me atraparon al final, sino porque pensaba que, con ellos podía ganar el esprint. Cometí un error táctico y lo pagué caro. Eso muestra que me queda mucho por aprender. Ese tipo de experiencias son las que me van a ayudar en mi carrera", afirmó.
Aprender de los errores, crecer en la adversidad, el suizo tiene la ambición contenida de los grandes. "¿De qué sirve ahora pensar en el futuro? No sé si voy a ganar algún día el Tour de Francia o si voy a ser un corredor de clásicas. Lo veremos cuando mi motor empiece a dar el máximo", aseguró.
Publicidad
Hirschi comienza a conocer las grandes montañas y la exigencia de una carrera de tres semanas, una experiencia que afronta con descaro, pero también por prudencia.
"No sé lo que va a pasar en los próximos días. Es la primera vez que subo montañas como estas. Tengo que seguir trabajando en mi formación, en lo básico. Y no quiero ponerme presión. Tengo que tratar de progresar poco a poco", dijo.
Publicidad
El ciclista del Sunweb sabe que ahora habrá más ojos siguiendo su dorsal y que su estela será más apreciada entre quienes persiguen animar el Tour de Francia.
Fe en el instinto
Pero sigue confiando en su olfato, aunque por ahora solo haya funcionado una vez de tres.
"No puedo hacer otra cosa. Esta mañana, en el equipo, teníamos otro plan, pero las cosas no salían como pensábamos. Así que no he seguido lo trazado, me he fiado de mi instinto. Y ha salido bien", comentó.
Publicidad
De su primer Tour se lleva ya dos experiencias esenciales, el amargo de la decepción y el dulce de la victoria. "Ambas son preciosas", señaló.
Y una estela que seguir, la que le ha fijado su mentor Cancellara con nombre de estrella del fútbol.
Publicidad