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Lo sufrió Jonas Vingegaard: así fue el primer día difícil para el Jumbo Visma en el Tour de Francia

Los neerlandeses, que venían dominando la carrera, 'quedaron contra las cuerdas', en la etapa 15. Ahora, se viene una carrera diferente.

Jonas Vingegaard, líder del Tour de Francia.
Jonas Vingegaard, líder del Tour de Francia.
/AFP

"No hay jornadas anodinas en el Tour de Francia ", asegura Laurent Jalabert, que conoce bien el Midi francés, donde nació y creció, y que sabe que el calor es un factor que puede cambiar una carrera.

El Jumbo, creado en Países Bajos, chocó contra esa olla a presión y vivió una jornada negra, dos abandonos de talla y el líder, el danés Jonas Vingegaard, con la piel rozada por una caída que, a priori, no tiene consecuencias.

En vísperas del primer día de reposo, en una jornada que no presentaba especiales puntos de interés más allá de definir quien ganaría el esprint final, el equipo del maillot amarillo tuvo más pérdidas que en todas las dificultades anteriores.

Ya de mañana, antes de echar a rodar, el esloveno Primoz Roglic, que llegaba al Tour de Francia con galones de jefe de filas, decidió acabar con el sufrimiento que le provocaban las heridas que sufrió tras caerse en Dinamarca, después de chocar contra uno de los fardos que protegen las cunetas.

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El segundo de 2020, el ganador de las tres últimas Vueltas a España, consideró que ya había prestado suficientes servicios a Vingegaard.

"Estoy orgulloso de mi aportación a la clasificación general", dijo el esloveno, uno de los artífices del asalto al maillot amarillo en la undécima etapa, donde se disfrazó de colíder y multiplicó, junto al danés, los ataques, lo que obligó a Pogacar a desgastarse sobremanera, una implicación que acabó pagando en el último puerto, donde sufrió un desfallecimiento que le hizo perder el liderato.

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El esloveno, ganador de las tres últimas ediciones de la Vuelta a España, estaba llamado a ser uno de los escuderos de Vingegaard en la montaña, al igual que el holandés Steven Kruijswijk, tercero en el Tour de Francia de 2019, que sufrió una caída que le obligó a subir a la ambulancia.

En la misma se fue al suelo el belga Wout van Aert, elemento clave del equipo, pero pudo seguir en la bicicleta y firmó en la meta su cuarto segundo puesto de esta edición.

Como culminación de una jornada nefasta, el propio Vingegaard se fue al suelo a falta de 30 kilómetros para el final. El danés se subió a la bicicleta, pero en un brazo lucía algún rasguño, al tiempo que su rostro mostraba la preocupación por la dura jornada.

Primoz Roglic, en acción en el Tour de Francia
Primoz Roglic, en acción en el Tour de Francia 2022
AFP

"UN DÍA DE MIERDA"


"Ha sido un día de mierda", aseguró al poco de pasar la meta, antes de restar importancia a las consecuencias de la caída. "Nunca es bueno irse al suelo, pero parece que no es nada", dijo el escandinavo, que, pese a todo, redujo al mínimo las entrevistas con la prensa, sinónimo de la efervescencia que se vive en el Jumbo.

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"Todo esto va a cambiar la estrategia de nuestro equipo. Pero vamos a luchar hasta el final", dijo el danés, que mantiene 2.22 de renta sobre Pogacar a falta de una semana para llegar a París.

Vingegaard se cayó en el centro del pelotón, después de que su compañero de equipo, el belga Tiesj Benoot, perdiera el equilibrio ante él. "No he podido esquivarle", aseguraba el danés, que mostraba su preocupación por el estado del compañero, que ganó la meta malherido.

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Benoot es menos importante en la montaña, pero aparece como una ayuda para Vingegaard en el llano, donde el danés todavía puede contar con Van Aert, aunque el belga parece más ocupado en su objetivo de acabar con el maillot verde de la regularidad. Ni siquiera se paró a esperar a su jefe de filas tras la caída.

El infierno del Jumbo igualó algo la contienda con el UAE de Pogacar, que a causa del covid había perdido a dos unidades, el noruego Vegard Stake Laengen, un guardaespaldas en el llano, y el neozelandés George Bennett, lugarteniente en la montaña junto al polaco Rafal Maljka, también positivo por la pandemia, pero que no fue excluido porque su tasa de contagiosidad era baja.

"Hay partido", aseguró Pogacar, que sin alegrarse de las bajas del equipo rival sí puso de manifiesto que ahora el duelo está más igualado.

El esloveno, al que no le gusta correr con calor, salió reforzado de la olla de Carcasona y ahora espera los Pirineos para proseguir su acoso al liderato.

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El covid sigue al acecho en su equipo, que como el resto del pelotón fue testado por la Unión Ciclista Internacional, resultados que serán comunicados este lunes en la segunda jornada de descanso.

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