El belga Wout Van Aert y el francés Christophe Laporte (Jumbo Visma) firmaron al alimón una obra de arte entrando de la mano y en solitario como vencedores de la edición 64 de la E3 Saxo Bank Classic disputada con salida y meta en Harelbeke, con un recorrido de 203.9 km.
A imagen y semejanza de la histórica foto que se hicieron Van Aert y Laporte junto a Roglic entrando junto con el maillot del Jumbo en la primera etapa de la París Niza, en esta ocasión faltó el esloveno, pero la hazaña fue muy similar.
Por gentileza, debía pasar la rueda primero por la línea Van Aert (27 años, Herentals) el más fuerte con diferencia, y así sucedió, con Laporte en milímetros, respetando los galones del jefe, quien cruzó feliz con un tiempo de 4h.36.19.
Tal fue la superioridad de Van Aert y Laporte, que el grupo perseguidor con el resto de favoritos, llegó a meta a 1.37 minutos, con el suizo Stefan Kung al frente de un grupo selecto donde estaban Kasper Asgreen, Girmay, Madouad, Narváez ó Mohoric, todos juntos incapaces de evitar la fuga de los ganadores y luego de alcanzarlos.
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El campeón belga, el segundo tras Rik Van Looy en ganar en Harelbeke con el maillot de campeón nacional, mostró su gran estado de forma a poco más de una semana para su prueba preferida, el Tour de Flandes. Logró la tercera victoria de la temporada y la 33 de su trayectoria profesional.
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El festival del Jumbo liderado por Van Aert empezó a 80 km de meta con un primer ataque que seleccionó el pelotón y sirvió para echar abajo la fuga inicial que protagonizaron 6 hombre: Daniel Oss (TotalEnergies), Jelle Wallays (Cofidis), Brent Van Moer (Lotto Soudal), Mathijs Paasschens (Bingoal-Pauwels), Lasse Norman Hansen (Uno-X), Ryan Mullen y Lukas Pöstlberger (Bora-Hansgrohe).
Van Aert lanzó el primer y serio aviso en el tramo de Taaienberg, formando un grupo de 7 con los favoritos en el lote, Mohoric, Asgren, Kung, Laporte y Benoot y Stuyven.
Tras sacar las primeras conclusiones, y bien rodeado de subalternos del Jumbo, con Laporte y Benoot principalmente, Van Aert soltó el segundo zarpazo a 70 de meta, que castigó al personal todavía más. Desde el grupo perseguidor el Ineos tiró de orgullo para evitar el descalabro con tanta antelación y superioridad de los hombres del Jumbo.
Los golpes de Van Aert los aguantaba su socio y compañero Laporte, ya lo habían ensayado con Roglic en la París Niza el día de la foto histórica. Y dicho y hecho, la escena se venía fotocopiando entre colinas y tramos de adoquines.
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A 42 de meta, en el Paterberg, metió la directa Van Aert, algunos aguantaron el tirón con apuros, pero apenas 4 km después, en el Kwaremont, el triple campeón mundial de ciclocrós lanzó el ordago definitivo, dispuesto a emular a su gran enemigo del barro, el neerlandés Mathieu Van der Poel, quien se acababa de apuntar la cuarta etapa en la Semana Coppi e Bartali.
Rivalidad telepática. La unión hizo la fuerza y el entendimiento para rematar una hermosa victoria para unos mismos colores. Van Aert y Laporte fueron aumentando la distancia con el grupo perseguidor hasta alcanzar los 2 minutos. Un buen rejonazo que remató la faena con todo lujo de detalles.
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En la recta de meta hubo abrazos, sonrisas, una fiesta prolongada en el tiempo y espacio. ¿Quien cruzaría primero la linea?. En París Niza el premio fue para Laporte, regalo de Van Aert y Roglic, unos caballeros ante el gregario. Esta vez, en casa, ganó el jefe. El mejor.
Un aviso serio antes del Tour de Flandes para un corredor que ha ganado 6 etapas en el Tour de Francia, en la Milán San Remo, Amstel, Strade Bianche, Omloop y Gante Wevelgem, entre otras perlas. Un ciclista especial, de muchos quilates.
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