Los organizadores siguen pensando que se podrá disputar entre el 27 de junio y el 19 de julio, pero ya tienen un plan B.
El director de la carrera, Christian Prudhomme, ha comenzado a sondear a los alcaldes de las ciudades que sirven de salida y meta de las etapas para conocer si estarían dispuestos a mantener su compromiso en agosto. Con un nuevo calendario encima de la mesa: salida de Niza el 25 de julio y llegada a París el 16 de agosto.
Fuentes consultadas por Efe aseguran que la opinión mayoritaria de los regidores es positiva: "Mejor recibir el Tour de Francia en agosto que no recibirlo o recibirlo sin público".
Los alcaldes favorables
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Eso opina también el alcalde de Privas, Michel Villa, que tenía todo listo para agasajar al ganador de la quinta etapa el próximo 1 de julio.
"No nos supone ningún problema que se retrase un mes si para entonces el contexto sanitario es favorable. Podemos mantener la logística prevista", aseguró a Efe en conversación telefónica.
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Tampoco cree que suponga un obstáculo para los comerciantes y hoteleros de la ciudad del valle del Ródano, donde el Tour hará escala antes de adentrarse en los Alpes del sur.
"El 1 de julio era perfecto porque nos permitía lanzar la temporada turística, pero este año todo va a retrasarse. Y no creo que los hoteles estén llenos en agosto", afirmó.
Privas es una debutante en estas labores de acogida del Tour, pero el equipo de gobierno de la ciudad no duda de sus bondades.
Como otros muchos municipios, ha tenido que rascarse el bolsillo para atraer la caravana de la carrera ciclista más prestigiosa del mundo, que está haciendo todo lo posible para no renunciar a su edición 107.
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La tarifa, nunca confirmada oficialmente, ronda los 80.000 euros para levantar en sus calles la pancarta de salida y 120.000 para albergar la meta.
El Tour de Francia resiste
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Otros responsables municipales aseguran que la organización del Tour de Francia les ha sondeado sobre las opciones del cambio de fechas, aunque prefieren mantener el anonimato.
Fuentes de la carrera sostienen que hasta el 15 de mayo no se va a tomar ninguna decisión sobre la edición de 2020, pero confirman que se está trabajando en hipótesis diferentes en el caso de que la COVID-19 impida afrontar los planes iniciales.
El Tour es ahora mismo la única carrera que resiste en el calendario y, tras la anulación del Grand Slam de tenis de Wimbledon, la ronda gala es el único gran evento deportivo del verano que, por ahora, se niega a tirar la toalla.
Los organizadores saben que hay muchas miradas centradas en ellos, pero no pierden la esperanza.
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También han entrado en contacto con los equipos, que tampoco son contrarios a un retraso en el calendario.
Eso les dejaría más tiempo para preparar a sus ciclistas tras el fin del confinamiento y, quizá, entre medias se puede incluir alguna prueba de una semana.
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Más tiempo para prepararlo
Porque la opinión generalizada de los preparadores es que, más que entrenamiento, los corredores necesitarán competición antes de afrontar las 21 etapas del Tour.
En términos logísticos, los organizadores consideran que el trabajo efectuado puede servir también para agosto salvo en el tema de los hoteles.
Pero coinciden con el alcalde de Privas en que el sector turístico estará encantado de recibirles un mes más tarde tras el parón provocado por el confinamiento.
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Entre el 15 de julio y el 15 de agosto suelen marcarse en Francia las temperaturas más altas del año, lo que también debería permitir a la carrera gozar de buenas condiciones meteorológicas en las nuevas fechas.
Un mes más de margen será igualmente una buena noticia para las fuerzas del orden, saturadas estos meses para vigilar el confinamiento y que también deben implicarse mucho durante la ronda gala. Tener un mes más de margen puede facilitarles el calendario.
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