El Giro de Italia
es una de las tres competencias más grandes de la temporada, junto al Tour de Francia y la Vuelta a España, todas tienen 21 etapas distribuidas en 3 semanas y siempre cuentan con lo más selecto del lote mundial.
No obstante, entre estos tres eventos, el Giro es el más disruptivo, el que rompe más esquemas y el que suele salirse del libreto propio de una competencia de este calibre, pues su diseño siempre tiene aspectos que sorprenden. Incluso, cuenta con el trofeo "más hermoso"
.
Claros ejemplos son sus partidas internacionales, usuales en Tour y Vuelta, pero no al nivel de la ‘corsa rosa’, que cada vez acostumbra a arrancar con más frecuencia lejos de Italia, al punto que ha comenzado de Israel (en 2018), en Asia, con tres etapas ese lugar.
Ahora, desde el 9 de mayo de 2025, las 3 primeras etapas serán en Albania
, territorio nunca antes explorado por el ciclismo de alto nivel.
En ese sentido, también se pueden recordar inicios en geografías distantes, como Irlanda del Norte (en 2014) o Dinamarca (en 2012).
De hecho, ya va una docena de países por los que ha pasado la carrera saliendo de ellos o pasando por sus vías, en caso de ser limítrofes, como lo son: San Marino, Mónaco, Bélgica, El Vaticano, Grecia, Países Bajos, Francia, Dinamarca, Irlanda del Norte, Israel, Eslovenia, Suiza, Hungría y –ahora– Albania.
Otras innovaciones del Giro tienen que ver con que no siempre termina en el mismo lugar con un paseo de la victoria, como suele pasar en Tour y Vuelta; con la inclusión de rutas sobre distintas superficies, como adoquines, carreteras destapadas y hasta caminos de pasto, estos últimos prohibidos por la UCI cuando fueron propuestos por ser en el borde de una montaña.
Además, el Giro no tiene reparos en empezar o terminar con pruebas contrarreloj o con incluir fracciones de alta montaña, con las que se rompe la clasificación general, en la primera semana de competencia, en la que por lo general hay fracciones planas, ideales para los embaladores y que no causen tanto desgaste físico.
Pero lo más llamativo es el plan para sacar el Giro de su propio hemisferio.
Al Giro de Italia lo quieren llevar lejos de Europa
La ‘corsa rosa’ acostumbra a recibir ofertas de diferentes gobiernos para que la carrera vaya a sus países, pues es una forma de activar la economía en esos lugares, promover el turismo, impulsar el nombre de esos territorios y mostrar su geografía al mundo, ya que este certamen se emite por televisión en todo el orbe.
Es por ello que los organizadores trabajan en la idea de llevar el Giro a Estados Unidos y a Japón para disputar las primeras 3 fracciones en esas latitudes.
Uno de los planes incluye, 3 jornadas en Washington, capital de la potencia norteamericana, y luego trasladar la carava a Italia para el resto del recorrido.
El otro proyecto contempla ir a Tokio y ascender el mítico monte Fuji, adyacente a la capital nipona. Serían 3 días en el Lejano Oriente para luego volver a la bota itálica.
Sin embargo, la UCI, ente rector del ciclismo internacional, no ha aprobado estas propuestas por considerar que las distancias son extremas, por el abrupto cambio horario y por considerar antitécnico y perjudicial para los ciclistas someterlos a semejante trajín.
Entre tanto, el Giro sigue explorando nuevos parajes para hacer de esta la más carrera diferente de todas.
Al respecto, Mauro Vegni, director de la competencia señaló en recientes declaraciones al diario Marca de España: "No tenemos una fórmula clara. No queremos encorsetarnos a tener que salir cada 'x' años de fuera. Pero sí puedo decir que estamos explorando vías”.