En el día del español Álex Palou (McLaren), que se estrenó en la Fórmula 1 de manera oficial al igual que otros tres pilotos, Ferrari, liderado por Charles Leclerc, mandó en los libres del Gran Premio de Estados Unidos de Fórmula 1 que se celebra en el Circuito de las Américas, en Austin (Texas), donde la segunda práctica se dedicó a las pruebas de Pirelli de cara a 2023.
Era un "gran día" para el campeón de la IndyCar 2021 y acabó siendo "una locura". Así lo confesó en sus redes sociales antes y después de haberse puesto al volante del McLaren del australiano Daniel Ricciardo para rodar 21 vueltas con un único juego de neumáticos medios.
Se mostró cómodo en la pista y también al dialogar por radio con su equipo. Se bajó del monoplaza con una sonrisa de oreja a oreja. Una jornada inolvidable para el joven deportista.
En pista, marcó el segundo mejor tiempo (1:39.911) entre los pilotos no oficiales que participaron en esos primeros libres del fin de semana.
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Con los mismos compuestos que el otro McLaren, el del británico Lando Norris, la diferencia fue de apenas 26 centésimas, aunque cuando su compañero calzó blandos, la distancia creció a más de dos segundos (1:37.856).
También debutaron en el COTA el ruso-israelí Robert Shwartzman, que lideró a los novatos con Ferrari (1:38.951), el francés Théo Pourchaire (Alfa Romeo) y el norteamericano Logan Sargeant (Williams), así como otro piloto no oficial este año, el italiano Antonio Giovinazzi (Haas).
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El expiloto de Alfa Romeo cometió un error en los primeros minutos de actividad en Austin, su coche quedó enganchado en las protecciones del circuito y provocó una bandera roja que, por suerte, duró poco tiempo, hasta que pudo retomar la marcha sin ayuda externa.
Carlos Sainz demostró que tiene hambre de victoria. Lo dejó claro en la rueda de prensa del jueves. Prefiere su segundo triunfo en la Fórmula 1 (el primero lo logró este mismo año en el Gran Premio de Gran Bretaña, a principios de julio) que adelantar una posición en la clasificación del Mundial y adelantar al británico George Russell (Mercedes).
El madrileño fue el único que bajó de 1:37 en los primeros libres. Firmó el mejor tiempo (1:36.857), por delante del ya campeón -bicampeón, en su caso-, el neerlandés Max Verstappen (Red Bull, 1:37.081), y del británico Lewis Hamilton (Mercedes), quienes el año pasado en Austin mantuvieron un pulso por el triunfo, que acabó cayendo del lado del, a la postre, ganador del Mundial.
Entre los primeros clasificados se coló el Aston Martin del canadiense Lance Stroll, justo por delante del mexicano Sergio 'Checo' Pérez y del español Fernando Alonso, que mejoró el tiempo de Russell y también de su compañero de equipo, el francés Esteban Ocon, undécimo con el nuevo suelo plano de Alpine.
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La segunda sesión fue para Pirelli y para el monegasco Charles Leclerc (Ferrari). La marca de neumáticos hizo pruebas con los neumáticos que está preparando para 2023 con un test de hora y media en el COTA sin conocer el tipo de compuesto que llevaban los monoplazas.
Leclerc, tercero en el Mundial de pilotos a un punto de Pérez, mejoró el tiempo de Sainz, aunque por solo 47 milésimas (1:36.810). El madrileño fue el más rápido entre los que calzaron los prototipos del próximo año.
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Solo los pilotos que habían cedido sus monoplazas en los primeros libres (el propio Leclerc, el finlandés Valtteri Bottas, el australiano Daniel Ricciardo, el danés Kevin Magnussen y el canadiense Nicholas Latifi) dispusieron de una hora para trabajar con los compuestos del Gran Premio.
Pérez, que la próxima semana correrá en casa, y el chino Zhou Guanyu (Alfa Romeo) fueron los dos primeros sancionados del fin de semana por cambiar unidad de combustión interna de sus monoplazas, por lo que perderán cinco puestos en la parrilla de salida del domingo.