Tottenham y Milán dirimirán este miércoles en territorio inglés la ajustada eliminatoria de octavos de final de Liga de Campeones tras el 1-0 de la ida favorable al conjunto italiano, que vuelve a encarar con dudas el choque ante unos 'Spurs' plagados de bajas y sumidos en una mala racha, pero con el aliciente de volver a tener a Antonio Conte en el banquillo.
El Tottenham necesita la remontada en uno de los momentos más irregulares y extraños de la temporada. No es solo que haya perdido cuatro de los últimos cinco partidos, sino que Antonio Conte ha ido y venido desde Italia por una extirpación de la vesícula biliar que le ha tenido de baja en los últimos cuatro choques.
El italiano volverá este miércoles para un partido decisivo en las aspiraciones europeas de un Tottenham en declive este curso. Eliminado ya de las dos copas y en una cuarta plaza en la Premier que cada vez peligra más por el acecho del Liverpool, los 'Spurs' se agarran a esta Champions como la única opción de romper su sequía de títulos que data ya desde 2008.
Pensar en el título es un sueño a muy larga distancia, más cuando tienen que remontar el 1-0 adverso al Milan, con una artillería que no fue capaz de hacerle gol ni al Sheffield United ni al Wolverhampton Wanderers en sus dos últimos partidos.
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Solo la mística de su estadio regala algo de optimismo, ya que los 'Spurs' han ganado sus tres últimos partidos ahí, incluyendo Chelsea y Manchester City.
Con las bajas seguras de Hugo Lloris, Rodrigo Bentancur, Ryan Sessegnon e Yves Bissouma, la gran duda de Conte radica en el lateral derecho; puede optar por Emerson Royal o por Pedro Porro.
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El tridente de ataque, con Harry Kane, Heung-min Son y Dejan Kulusevski es inamovible, mientras que Oliver Skipp tomará el puesto de Bentancur en el medio.
Por el lado de Davinson Sánchez, viene siendo suplente y por lo general la saga defensiva está definida con Cristian Romero, Clement Lenglet y Ben Davies.
El Milán, por su parte, llega de nuevo al choque 'Champions' con las dudas que sembró la derrota ante el Fiorentina (2-1) del pasado sábado, lejos de poder ni si quiera plantearse defender el título de campeón del 'Scudetto' y más preocupado por certificar su presencia en la próxima edición de la Liga de Campeones.
Si bien en el partido de ida ante el conjuntó londinense supuso un reencuentro con la mejor versión del conjunto 'rossonero', especialmente en el aspecto defensivo, la irregular temporada de los pupilos de Stefano Pioli juega en su contra, pero estar compitiendo en unos octavos de final tras nueve años y con posibilidades de acceder a unos cuartos que no alcanzan desde 2012 ilusionan a la afición milanista.
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Lejos del calor y la mística del Giuseppe Meazza que le ayudó a conseguir la victoria, el técnico italiano se refugiará con varios regresos de la enfermería y de la grada que animan al optimismo.
Pioli recupera al luso Rafael Leao para el ataque, jugador fundamental en el esquema milanista que no pudo estar ante la 'Fiore' al estar cumpliendo ciclo de amonestaciones; y formará con el francés Mike Maignan bajo palos, ya recuperado de la larga lesión que le apartó del Mundial y que no le permitió estar en la ida, con rodaje tras dos partidos completos en Serie A.
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Además, Pioli podrá contar de nuevo con el argelino Ismael Bennacer en el centro del campo y con el inglés Fikayo Tomori en defensa, ambos también recuperados. Las única duda reside en la titularidad del español Brahim Díaz, que sufrió un esguince de rodilla a finales de febrero pero que se entrenó con normalidad este martes antes de viajar a Londres junto al resto de sus compañeros.