Los principales candidatos a ganar la Liga de Campeones aplicaron por norma casi general la contención como medida cautelosa para cuadrar los gastos y los ingresos en sus plantillas con la salvedad del Chelsea , que sacó la billetera para firmar jugadores con los que tomar impulso hacia el título.
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Después de dos temporadas grises en la máxima competición continental, el conjunto inglés no ha escatimado en gastos para intentar recuperar el trono al que se subió en el curso 2018/19, cuando superó al Arsenal en la final.
Para ello, el equipo que dirige Frank Lampard ha invertido a lo grande para firmar a nombres como Hakim Ziyech (Ajax, 40 millones), Ben Chilwell (Leicester, 50 millones), Kai Havertz (Bayer Leverkusen, 80 millones), Timo Werner (Leipzig, 53 millones) o Edouard Mendy (Rennes, 24 millones).
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En total, la suma de gastos asciende a 247 millones de euros, mientras que en ventas ingresó 76. La cuenta sale con un saldo negativo de 171 millones, pero a cambio ha encontrado una competencia en la portería para Kepa con Mendy, un delantero con gol como Werner, un mediocentro ofensivo como Havertz, calidad en Ziyech y un portento defensivo como Chilwell que el año pasado aportó 16 asistencias y 6 goles en el Leicester.
Havertz fue el fichaje más caro de todo el mercado y sólo se acercó a la cifra de 80 millones de euros los 72 que pagó el Juventus por el brasileño del Barcelona Arthur Melo. El conjunto italiano, junto casi a todos los demás candidatos, intentó ingresar el mismo dinero que prácticamente gastó.
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Sus refuerzos para iniciar el asalto del título se completan con Federico Chiesa, Álvaro Morata, Rolando Mandragora y Weston Mckennie. Ha perdido a nombres como Miralem Pjanic, Emre Can, Douglas Costa, Gonzalo Higuaín, Blaise Matuidi o Cristian Romero.
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Sus cuentas casi cuadran. Lo comido por lo servido con un saldo negativo de 13 millones de euros y con una plantilla en la que Cristiano Ronaldo se mantiene como referente indiscutible.
Más austero, el que menos se ha movido para cambiar la plantilla y recuperar el trono de la Liga de Campeones, es el Real Madrid.
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Este curso se ha convertido en un club vendedor y apenas ha rellenado la plantilla con el regreso de los cedidos Álvaro Odriozola, Martin Odegaard y Andriy Lunin. Por contra, este año no contará con James Rodríguez y Gareth Bale, que han dejado cero ingresos en el club, aunque ha vendido a muchos otros.
Florentino Pérez ha hecho negocio con Achraf Hakimi, ahora en el Inter, por 40 millones de euros; por Sergio Reguilón sacó 30 al Tottenham; al Sevilla le arrancó 13,50 por Óscar Rodríguez; Soro, De Frutos, Dani Gómez y Borja Mayoral dejaron en las arcas otros 9 millones. En total, casi 100 millones de euros en ingresos y ningún gasto, una apuesta de riesgo para ganar el título.
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El City, después de muchos desencantos y de años de inversión, ha bajado las cifras de anteriores ediciones. Para ésta, se ha esforzado en reforzar la defensa con dos nombres de relumbrón: Rúben Dias (Benfica, 68 millones de euros) y Nathan Aké (Bournemouth, 45).
Además, Ferran Torres y Pablo Moreno, las apuestas de Guardiola españolas, intentarán sustituir las bajas de Leroy Sané, David Silva o Nicolás Otamendi. En total, entre ventas e ingresos, ha perdido 101 millones de euros pero mantiene una plantilla compensada con las figuras de siempre: Sterling, De Bruyne, Fernandinho o Gabriel Jesús.
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Mientras, el campeón, el Bayern Múnich, apenas ha sacado la chequera para pagar por Leroy Sané (45 millones), Marc Roca (9 millones) y Bouna Sarr (8 millones). Eric Maxim Choupo-Mating llegó libre y tras vender a Thiago Alcantara al Liverpool por 22 millones de euros, la plantilla ganadora del año pasado, prácticamente la misma, la ha completado con la cesión de Douglas Costa. Los Lewandowski, Pavard, Müller, Neuer o Boateng seguirán tirando del carro para repetir éxito.
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El Barcelona, con Messi como principal protagonista tras su amago de espantada este verano, tendrá su principal refuerzo en su entrenador, Ronald Koeman, que traerá un cambio de estilo respecto al año anterior. La verticalidad de la que carecía con Quique Setién, más los refuerzos de Pjanic, Trincao, Dest, Pedri y Matheus, intentará contrarrestar las salidas de Luis Suárez (Atlético), Ivan Rakitic (Sevilla) o Arthur Melo (Juventus).
Acostumbrado a cambiar su plantilla cada año a base de millones, en esta ocasión el París Saint-Germain ha apostado por aligerarla y han salido nombres clásicos del club como Edinson Cavani, Thomas Meunier o Thiago Silva. También se fueron Eric Maxin Choupo-Moting, o Alphonse Areola y, por contra, la mayor apuesta de la entidad parisina es la de Mauro Icardi, que llega desde el Inter para rejuvenecer la delantera y formar junto a Neymar y Mbappé un trío terrible asistido por otro fichaje: Rafinha Alcántara.
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Los otros clubes ingleses, aparte del City y el Chelsea, no han hecho excesivos cambios. El campeón de la Premier, el Liverpool, apenas ha fichado a Thiago y a Diogo Jota como nombres más relevantes mientras que mantiene al grueso de sus hombres franquicia (Salah, Mané, Van Dijk, Alexander-Arnold y Fabinho). Como el United, que espera dar un salto de calidad con Donny van de Beek y Cavani.
Y los otros clubes españoles, Atlético y Sevilla, también han introducido algunas caras nuevas para llegar lejos en la Liga de Campeones. El conjunto rojiblanco ha apostado por el producto charrúa en los nombres de Luis Suárez y Lucas Torreira y ha hecho caja con Morata y Thomas. El Sevilla de Lopetegui contará con las novedades de Rakitic, Óscar, el central Rekik o Rony Lopes, entre otros, junto a la base que forman Jesús Navas, Ocampos o Koundé.