Es ilimitada la cantidad de recursos del Manchester City, ganador este miércoles por décima jornada seguida y reforzado en el liderato, ahora con ocho puntos de diferencia, porque, al cuarto de hora, en un margen de dos minutos, su portero Ederson surgió salvador en dos ocasiones del Brentford en un área y Phil Foden remachó un centro de Kevin de Bruyne en la otra para aplacar a su animoso adversario (0-1).
Lejos de la iluminación de otras citas, su pegada hoy fue suficiente para aligerar el peso de un partido que no le gustaba hasta el 0-1, sin las vías ni las individualidades que lo hacen un equipo temible, atascado en sus ataques, inquieto en la presión de su contrincante y advertido cada vez que cometió un error, pero tan solvente como describe todo su recorrido de la temporada para aprovechar el empate del Chelsea, al que le lleva ocho puntos, y para presionar al Liverpool, a nueve con un duelo pendiente.
A los festivales goleadores de las tres jornadas más recientes, con 17 tantos del equipo dirigido por Pep Guardiola entre los tres compromisos, contrapuso este miércoles un encuentro más práctico, alejado de la cantidad de oportunidades y dianas de los anteriores, expresado mínimamente de forma ofensiva en el primer tiempo en el gol de Foden, pero con una pegada rotunda, tan fundamental para los conjuntos que quieren ser campeones.
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Todo empezó en Ederson, su portero. Primero cuando reaccionó a toda velocidad a un remate sobre su propia portería de Ruben Dias. Y después, ante un cabezazo de Yoanne Wissa que repelió lo suficiente con el pie para el despeje posterior sobre la línea de Joao Cancelo. Dos jugadas consecutivas que alertaron al City, que en la siguiente jugada, de pronto, sin intuirlo, incluso, le transmitió a su adversario quién es el firme líder de la competición.
Entre Kevin de Bruyne, con su centro de primeras al área, y Phil Foden, con su desmarque y su remate, también de primeras, desbordaron en un instante a la defensa del Brentford. Un golpetazo para el conjunto local. Y un impulso decisivo para el Manchester City. Los dos siguientes remates de Foden dentro del área ya fueron al inicio del segundo tiempo. Uno apuntó al segundo gol, aunque no lo fue; otro fue gol, pero estaba en fuera de juego.
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Ya entonces, mucho antes, el partido era del City, al que le faltaba aún la sentencia del choque. La rebuscó de Bruyne, estrellado contra el poste, y la visualizó Aymeric Laporte, cuyo gol fue anulado por fuera de juego. No lo necesitó su equipo, que volvió a ganar. Ya van diez triunfos seguidos. Y tropezó el Chelsea. Ya son ocho puntos de diferencia. El líder se escapa.