La selección brasileña juega este martes contra Senegal el último amistoso antes del inicio de las eliminatorias suramericanas para el Mundial de 2026, en septiembre, y mientras crece el runrún ante la posible llegada del técnico Carlo Ancelotti el próximo año.
El equipo del interino Ramon Menezes se medirá con el combinado senegalés en el estadio José Alvalade de Lisboa con la moral reforzada después de golear por 4-1 a Guinea el sábado en el RCDE Stadium de Cornellà-El Prat, en España.
Ese partido fue histórico para la Canarinha, pues por primera vez en sus 109 años de historia saltó al césped con un uniforme completamente negro para protestar contra el racismo en el fútbol, después de los insultos sufridos por Vinícius Júnior la pasada temporada.
El extremo del Real Madrid se ha erigido como el líder de una plantilla huérfana de Neymar, de baja por lesión. Ante Guinea no se arrugó y buscó el gol que finalmente encontró desde el punto de penalti.
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Antes marcaron dos de sus compañeros en el conjunto blanco, Éder Militao y Rodrygo Goes, que sigue de dulce.
La victoria frente a Guinea fue el parche perfecto para olvidar la derrota de marzo por 2-1 ante Marruecos y el mal sabor de boca que dejó la eliminación en cuartos de final del Mundial de Qatar 2022 ante Croacia en los penaltis.
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Y también reforzó a Ramon Menezes. El seleccionador de la sub-20 sigue de interino y parece que continuará en esa condición durante los próximos meses porque, según informó el grupo Globo, la apuesta por Carlo Ancelotti es firme.
De acuerdo con ese medio, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) "da por hecha" la llegada del técnico italiano "en enero o junio" de 2024.
Ancelotti tiene contrato con el Real Madrid hasta mediados del próximo año, pero la CBF va a esperar lo que haga falta y tiene un plan para iniciar la transición.
Según ESPN Brasil, Davide Ancelotti, hijo de Carlo y auxiliar de este en el equipo blanco, pasaría a integrar la comisión de Menezes durante los primeros partidos de las eliminatorias suramericanas hasta el arribo efectivo del preparador italiano.
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En medio de toda esa expectación, la Canarinha tendrá este martes un rival de mayor entidad que Guinea: la Senegal de Sadio Mané.
El cuadro dirigido por Aliou Cissé llegó a los octavos de final de Qatar 2022, instancia en la que cayeron ante Inglaterra, y es una de las selecciones más potentes del continente africano en la actualidad.
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Sin embargo, ante Brasil llega con algunas dudas después de no pasar del empate ante Benín (1-1) el sábado, en las eliminatorias para la Copa Africana de Naciones.
Abdoulaye Seck puso por delante a los de Cissé, pero Abdoul Rachid Moumini devolvió las tablas al marcador a diez minutos del final.
Pese a ese tropiezo, Senegal lidera con una ventaja holgada el grupo L, que completan Mozambique y Ruanda.
Mané jugó los 90 minutos ante Benín. El 10 senegalés ha firmado una temporada discreta y rodeada de polémicas en el Bayern de Múnich y, según la prensa, está en la lista de candidatos para abandonar la disciplina bávara.
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En el ataque le acompañó Nicolas Jackson, que esta campaña ha brillado con luz propia en el Villarreal español.
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