El Benfica recibirá este viernes al Porto, que cuenta con Matheus Uribe, en un derbi considerado en Portugal como una auténtica final, en la que las "águilas" tendrán una oportunidad de oro para poner la Liga lusa casi sentenciada a su favor a ocho jornadas del final.
El Benfica lidera el campeonato con una holgada ventaja de 10 puntos sobre el Oporto, que sin embargo no quiere dejar pasar la ocasión de acortar distancias y mantener vivo el objetivo de revalidar el título.
Ambos vienen de victorias por 1-0. El Benfica venció al Rio Ave a domicilio, mientras que el Oporto se impuso en casa al Portimonense.
La historia reciente está a favor de los "dragones", ya que en los últimos ocho años han vencido a las "águilas" en 11 ocasiones y sólo han perdido en tres.
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Sobre el enfrentamiento, el técnico del Benfica, el alemán Roger Schmidt, destacó que el Oporto es "un equipo muy bueno, muy fuerte individualmente, con un entrenador muy experimentado", pero que tienen "confianza".
"Sabemos que nos espera un adversario de mucha calidad, pero tenemos mucha confianza", comentó hoy Schmidt en rueda de prensa, donde también descartó que la victoria del viernes signifique el título.
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"Es un partido importante, pero hasta que no seamos campeones, no me siento campeón", aseguró.
Caer en el Estadio da Luz de Lisboa podría complicar la temporada del conjunto blanquiazul, ya que dejaría al Benfica aún más distanciado y correría el riesgo de ser superado por el Braga, tercero con dos puntos menos.
Sobre la lucha por el título y por la segunda plaza, el entrenador del Oporto, Sérgio Conceição, afirmó hoy que "esta presión forma parte de nuestro trabajo", pero que cuando empieza el encuentro "nos olvidamos de todo lo que nos rodea".
El de mañana "es un partido importante, es un clásico. En él se enfrentan los dos equipos que más títulos han ganado en los últimos años", pese a que preparan "todos los partidos de la misma manera".
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"Ni siquiera nos planteamos el escenario de no ganar el partido, no entra en nuestra preparación ni en nuestra cabeza. En nuestra preparación a todos los niveles, y emocional también, hay una palabra: victoria", señaló este jueves en rueda de prensa.
Por su parte, el Braga, el único equipo que ha vencido al Benfica esta temporada, una vez en Liga y otra en la Copa de Portugal, persigue la segunda plaza, que le daría acceso directo a la Liga de Campeones.
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El sábado regresa a casa para enfrentarse al Estoril, 15º clasificado, con la motivación acumulada en el partido del pasado fin de semana contra el Chaves, en el que un sensacional gol de tacón del español Abel Ruiz aseguró la victoria por 1-2.
Por detrás se sitúa el Sporting de Portugal, cuarto y a cinco puntos de los "bracarenses".
Los verdiblancos tuvieron la oportunidad de recortar a tres la distancia que les separa del Braga y de la Liga de Campeones, pero el pasado miércoles sólo pudieron empatar a cero con el Gil Vicente, en un partido atrasado de la 25ª jornada.
Ahora afrontan el domingo de Pascua una visita al Casa Pia, séptimo clasificado, uno de los conjuntos sensación de esta campaña, su primera en la máxima categoría del fútbol portugués tras una ausencia de 83 años.
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El partido, un derbi lisboeta, será especial para el entrenador del Sporting, Rúben Amorim, que comenzó su periplo en los banquillos con el Casa Pia.
La 27ª jornada de la Liga portuguesa arranca el Viernes Santo por la tarde con el Santa Clara-Vizela, seguido del gran clásico y del Boavista-Vitória de Guimarães.
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El sábado también se disputarán el Arouca-Marítimo, el Portimonense-Rio Ave y el Paços de Ferreira-Famalicão, mientras que el domingo estará dedicado íntegramente al choque entre los lisboetas.
La jornada concluye el lunes con el partido entre el Gil Vicente del goleador español Fran Navarro y el Chaves.