El polaco Robert Lewandowski reafirmó su relevancia en el Bayern Múnich, al que llevó hacia el título de la Supercopa, después de reducir la influencia en el Borussia Dortmund del noruego Erling Haaland, y honrar, de paso, a una leyenda como Gerd 'Torpedo' Muller.
El duelo que prolongó la dictadura del club bávaro en el fútbol germano con la conquista de su novena Supercopa fue asumido como un homenaje al histórico delantero del Bayern, fallecido el domingo, al que se le honró al inicio del enfrentamiento del Signal Iduna Park.
Y si hay algún jugador que después, a lo largo de los años, se ha situado a la altura numérica de Muller es Robert Lewandowski que no relaja ni su rendimiento ni sus cuentas a pesar de los años.
La puja por el primer título del curso fue contemplado como un duelo de pistoleros. Como un mano a mano entre el polaco, seis veces máximo goleador de la Bundesliga, y el emergente Haaland, que pulveriza récords y que es advertido como el heredero de Lewandowski. El más firme valor para cuestionar la hegemonía de su adversario.
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No hubo dudas. El polaco firmó dos de los tres tantos del Bayern y fue decisivo. El noruego estuvo desaparecido muchos minutos, apareció esporádicamente y no nutrió la cuenta de resultados de su equipo, que le buscó insistentemente en la segunda mitad, cuando regresó al partido. Lewandowski ganó el duelo.
No hubo tregua en la puesta en marcha del partido por el primer título de la temporada alemana, un clásico de la Supercopa, entre los dos equipos más laureados de la competición. Protagonistas de cinco de las seis últimas ediciones.
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El nuevo Bayern de Julian Nagelsmann, que no pudo ganar en su estreno oficial y que no pasó del empate ante el Borussia Monchengladbach en la primera jornada de la Bundesliga el pasado sábado, conserva la firmeza y la determinación que le ha caracterizado en los últimos años.
Arrinconó a un rival que se defendió con orden mientras pudo y que buscó su baza a la contra. En esa situación, en las transiciones rápidas, llevó casi siempre peligro. Y tuvo sus opciones.
Las oportunidades en una y otra portería se multiplicaron sin pausa. Thomas Muller cabeceó fuera al cuarto de hora y después tuvo otra Kingslay Coman que salió alto. Fue el extremo francés una de las pesadillas del equipo de Marcus Rose, nuevo en el banquillo del Dortmund.
Coman por una banda, Serge Gnabry o Alphonso Davies por otra. La falta de precisión dio aire al Dortmund que amenazó por primera vez por medio de Marco Reus que se topó con el meta Manuel Neuer que también respondió certero a un intento de Erling Haaland.
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Pero el gol rondaba en la portería local. Estuvo muy cerca ya pasada la media hora en una acción a balón parado que puso en marcha Gnabry. Thomas Muller falló y Robert Lewandowski, después, pudo anotar pero la zaga del Borussia lo evitó bajo palos.
Fue a cuatro del descanso cuando el Bayern atinó y se puso por delante. Un perfecto centro desde la izquierda de Gnabry fue cabeceado por el delantero polaco que llegó desde atrás y batió a Gregor Kobel.
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La maquinaria bávara tuvo continuidad tras el descanso. El Borussia careció de reacción y mostró sus costuras en el ala derecha de su defensa. Quedó en evidencia en una internada del canadiense Alphonso Davies que ejecutó otro centro, raso, que rozó Lewandowski y aprovechó Thomas Muller para, a puerta vacía, marcar el segundo.
A tumba abierta reaccionó el conjunto de Dortmund. Haaland, del que no había noticias, apareció para mantener en jaque a la zaga muniquesa que no pudo impedir que el Borussia acortara distancias a la hora de partido con un gran disparo desde la media luna de Marco Reus.
El conjunto de Marco Rose se creció y encajonó al campeón. Pero un error de Manuel Akanji en una salida de balón llevó la pelota a Lewandowski que no perdonó para aliviar al Bayern y sentenciar el choque.