Miles de aficionados portugueses anticipaban este martes, con cánticos y bengalas en la Plaza España, una noche amarga para el Barcelona, al que solo le valía la victoria para certificar su pase a octavos de Liga de Campeones virtualmente como primero de grupo si no quería complicarse innecesariamente la vida en la última jornada.
Los azulgranas aún conservan en el recuerdo la fatídica eliminación en la Liga Europa frente al Eintracht de Frankfurt, insólita no solo porque el equipo catalán partía como favorito, sino por la presencia de tantos seguidores alemanes en el Camp Nou.
Sin embargo, a diferencia de sus últimos partidos, comenzó con ganas el Barça, que avisó al inicio del encuentro con un disparo de Raphael Dias 'Raphinha' e intentaba jugar más fácil, algo que pedía Xavi Hernández en los últimos partidos.
Poco le durarían las alegrías a la afición local con el gol de Pepê a la media hora del partido, aunque replicaron rápido los de Xavi Hernández mediante Joao Cancelo -hoy prácticamente de extremo izquierdo, que igualó el marcador tras una gran jugada personal.
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Volvió el júbilo en Montjuïc, solo intervenido por los silbidos a Pepe, que se reencontró con la afición de su eterno enemigo durante sus diez temporadas como jugador del Real Madrid.
A partir del empate, el Barça dominó el duelo y le cambió la cara en los primeros compases de la segunda parte, lo que volvió a activar a los fans, poco acostumbrados a un Barça tan ofensivo después de las malas sensaciones de las últimas apariciones en Liga y 'Champions'.
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Y así es como, en el minuto 57, la combinación entre los Joaos terminó con el tercer gol de la temporada de Félix, que hacía dos meses que no anotaba vestido de azulgrana, concretamente en el partido en el que se apuntó un doblete frente al Amberes.
La última vez que el club catalán disputó los octavos de la Liga de Campeones fue en la temporada 2020-2021, en la que cayó eliminado en ese mismo tramo de la competición frente al PSG.
Desde entonces, los azulgranas han caído en las dos temporadas posteriores en fase de grupos, quedando relegados a disputar la Liga Europa, un trofeo que no pudieron incorporar en sus vitrinas tras caer en cuartos de final y en octavos, respectivamente.
Este pase a la siguiente ronda de Liga de Campeones es, más allá de un estímulo deportivo y económico -ingresará 9,6 millones de euros por su clasificación-, un chute de autoestima de cara a los próximos enfrentamientos ligueros frente a Atlético de Madrid y Girona en casa, esta vez con su afición motivada.
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