Un gol deRobert Lewandowski en el minuto 61 dio una sufrida victoria al Barcelona ante el Alavés (1-0), en el Estadio Olímpico Lluís Companys, y aprieta LaLiga tras la inesperada derrota del Real Madrid en el RCDE Stadium.
En un partido espeso y, contra pronóstico, de pocas ocasiones, los azulgranas recortan la distancia con el líder hasta los cuatro puntos, mientras que el Alavés acaba la jornada en los puestos de descenso.
Con el recuerdo de los duelos ante el Las Palmas y el Alavés en la retina, Flick salió con todo ante el Alavés, consciente de que un nuevo tropiezo en casa sería esta vez imperdonable. Pero su equipo resultó ser un manojo de nervios desde el pitido inicial.
Ansioso, impreciso y precipitado desde los primeros compases del choque, el Barça solo se acercó dos veces con peligro a la portería rival durante la primera mitad.
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No hubo más noticias del cuadro local durante el resto del primer acto. El conjunto azulgrana era incapaz de imprimir ritmo al partido, y la agresividad del Alavés y la permisividad Muniera Montero con las constantes interrupciones en el juego de los visitante tampoco ayudaban.
Y tampoco lo hizo el choque fortuito entre Gavi y Conechny a los 9 minutos, que enmudeció el Olímpico, paró el partido durante varios minutos y acabó con ambos futbolistas sustituidos, aunque la peor parte se la llevó el argentino, que tuvo que se retirado en camilla con un collarín, mientras Gavi lo hizo por su propio pie, mientras Carlos Martín y Fermín ingresaban en el terreno de juego.
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Ante este desolador panorama para el Barça, Flick intervino al descanso y sentó a Araujo para buscar una mejor salida del balón desde atrás con Eric García, y una mayor llegada de la segunda línea con De Jong en lugar de Casadó.
Siguieron las imprecisiones, por el Barcelona había entrado con otro tono al partido, poniendo una marcha más y empezando a tejer algo más de juego entre la telaraña del equipo de Coudet, cada vez más exigido.
Y por fin abrió la lata. Fue Lewandowski, que minutos antes había avisado con un remate de cabeza que se marchó rozando el palo, quien hizo el 1-0 al remachar al segundo palo una volea de Lamine Yamal en el 61.
Un cuarto de hora de fútbol ofensivo le bastó al Barça para salvar los muebles. A ritmo de Lamine y de un inconmensurable Pedri, buscó el segundo durante algunos minutos antes de apostar por resguardarse atrás y evitar riesgos de última hora.
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Y es que los de Flick no pudieron respirar aliviados hasta el pitido final, porque el Alavés empezó a apretar más arriba, aunque sin poner en verdaderos aprietos a Szczesny, y se mantenía atento a las posibles contras del rival.