Una mansión próxima al mar y con hangar propio en el balneario brasileño de Mangaratiba, que fue comprada y adecuada para la ocasión, comenzó a recibir este miércoles a los invitados a la polémica fiesta de Año Nuevo que el futbolista Neymar promueve en medio de la pandemia por la COVID.
El movimiento aéreo se intensificó en las últimas horas, aunque el lugar dispuesto para la fiesta permanecía vacío, con algunas tiendas montadas y una infraestructura móvil todavía sin ser levantada, como fue constatado por la agencia EFE en un sobrevuelo.
La Alcaldía de Mangaratiba, un paradisíaco destino turístico de la región conocida como Costa Verde, en el litoral sur del estado de Río de Janeiro, indicó este miércoles que no fue notificada de manera oficial sobre la realización del evento.
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Mangaratiba mantiene controles sanitarios para evitar el COVID-19 a través de barreras que impiden las llegada de turistas por vía terrestre a ciertos puntos del municipio y los residentes locales solo pueden movilizarse bajo el estricto cumplimiento de controles previos de medición de temperatura y constatación del uso de mascarillas.
No obstante, los invitados de Neymar, como relataron algunos habitantes de la ciudad a la prensa, burlan las barreras sanitarias impuestas por las autoridades y comienzan a llegar en aviones particulares y helicópteros.
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"Es un asunto de responsabilidad social y de sentido común del ciudadano ante la pandemia", afirmó la administración municipal en un breve comunicado, después de que el propio alcalde, Alan Bombeiro, manifestase en diversas entrevistas que por tratarse de un evento en propiedad privada no podía intervenir para suspenderlo.
A pesar de que la intervención de las autoridades solo se puede hacer efectiva con una denuncia policial, como importunar a los vecinos, por ejemplo, algunos organismos han manifestado que están alertas frente a la situación.
El Ministerio Público está atento
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El Ministerio Público de Río de Janeiro informó la noche del martes que la Promotoría de Justicia con atribución en Mangaratiba está analizando las peticiones que ha recibido para impedir la fiesta con el fin de adoptar "las medidas eventualmente procedentes".
La Defensa Civil regional, por su parte, indicó que notificará a las unidades residenciales, incluida la que alberga la residencia veraniega de Neymar, sobre el cumplimiento de las normas decretadas para celebraciones particulares, que exigen una presencia máxima del 50% de la capacidad y protocolos de distanciamiento e higiene.
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Para la realización de la fiesta, Neymar compró un hangar desactivado del Club Aéreo Rural Bom Jardim contiguo a la unidad residencial campestre, que fue adecuado para recibir a los invitados.
La agencia de promoción de eventos Fábrica, señalada como organizadora de la fiesta, divulgó un comunicado para dar algunos detalles del evento que está organizando en Mangaratiba con 150 invitados y todos los protocolos sanitarios exigidos, pero sin citar al futbolista en su nota de prensa.
En la fiesta, que según una columna del diario O Globo de Río de Janeiro sería para 500 invitados y costaría cuatro millones de reales (unos 800.000 dólares), está prevista la participación de reconocidos cantantes como Alexandre Pires, MC Kevinho y el grupo Jeito Moleque, entre otros.
Mientras los preparativos se mantienen, el atacante de la selección brasileña y del París Saint Germain francés viajó este miércoles con amigos al balneario de Camboriú, en el sureño estado de Santa Catarina, y fotos de él en una motocicleta acuática comenzaron a circular en las redes sociales.
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La fiesta de despedida de año de Neymar causó polémica enBrasil,
uno de los países más castigados por la emergencia sanitaria y que, según los datos más recientes del Ministerio de Salud, acumula ya más de 192.000 muertos y 7,5 millones de infectados por el Sars-CoV-2.