André Villas-Boas, antiguo entrenador del Olympique de Marsella, Chelsea y Porto , entre otros, y "apasionado del automovilismo", "vive un sueño" al participar por primera vez en el Mundial de Rallies (WRC) en Portugal, de viernes a domingo.
"Gonçalo (Magalhães, su copiloto) y yo, nos conocemos desde hace tres años y vivimos un sueño", aseguró este jueves el técnico portugués en conferencia de prensa, quien pilotará un Citroën C3 N.57 en categoría WRC3, reservada a los pilotos privados.
Competidor por naturaleza, Villas-Boas, de 43 años, no olvida que es un piloto amateur cuya preparación se limita a un rally local de 50 kilómetros y a unos ensayos bajo la lluvia que terminaron con una suspensión rota.
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"Tengo un problema, dos partes de mí se oponen: el competidor de fútbol y el piloto amateur razonable", confesó.
Pero su lucha por el momento no será contra el crono. "Debo tomarlo con calma. El objetivo es terminar la carrera", añadió.
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El siete veces campeón del mundo de rallies francés Sébastien Ogier, al que Villas-Boas regaló una camiseta del Marsella, le dio el mismo consejo: "tomarlo con suavidad y divertirse".
Procedente de una familia apasionada por los deportes mecánicos (su padre le llevaba a ver los Grandes Premios de F1 en Estoril y su tío participó en el Dakar), Villas-Boas quiere también que el evento le sirva para "dar a conocer" su fundación de caridad 'Race for Good'.
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Villas-Boas, que este año dirigió al Marsella hasta que renunció al cargo en febrero, participó en el Dakar-2018, abandonando por una lesión en la espalda.
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Preguntado sobre su futuro profesional, Villas-Boas, que está sin club desde su marcha del Marsella, no dio ninguna información.
"El mercado de entrenadores de fútbol es muy competitivo y, normalmente, se activa en mayo. Esperemos a ver qué pasa", se limitó a responder.