El reencuentro con su origen de Álvaro Morata en el Atlético de Madrid con que jugó en alevines y del que fue recogepelotas, llegó a su previsible fin este martes con la confirmación de su cesión al Juventus italiano, un nuevo retorno para el delantero español, tras año y medio agridulce de rojiblanco.
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En una carrera deportiva de idas y vueltas -salida y regreso al Real Madrid tras cesión al Juventus; regreso al Atlético después de haber formado parte de su cantera-, el delantero madrileño firmará un nuevo reencuentro, este con el conjunto turinés en el que le reclama Andrea Pirlo, antiguo compañero y ahora entrenador, en una cesión por una temporada por 10 millones con opción de compra a cambio de 45 millones, o una segunda cesión con posible traspaso.
Atrás queda una etapa de 18 meses en el Atlético en la que ha jugado 61 encuentros oficiales (49 de Liga, 10 de Liga de Campeones y dos de la Supercopa de España disputada en Arabia Saudí) en los que ha anotado 22 goles y entregado cinco asistencias a sus compañeros.
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Llegado del Chelsea inglés con una cesión por media temporada que se alargó otra campaña más -hasta este mismo verano, cuando el Atlético hizo efectiva la opción de compra por unos 55 millones de euros por tres temporadas-, el punta madrileño llegó al Atlético emocionado por los recuerdos de infancia que le unían a la entidad.
Así lo mostró en su presentación como rojiblanco en el Wanda Metropolitano, en la que el club ofreció imágenes de su infancia como rojiblanco y Morata respondió, emocionado, que era "el destino" el que le conducía de vuelta al Atlético. "No hay que convencerme. Sabía que por circunstancias de la vida se han dado muchos rodeos. Era el destino al final que yo estuviera aquí", afirmó entonces.
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Destino que, sobre el césped, le fue esquivo en sus primeros duelos con la rojiblanca. Particularmente por la actuación del VAR (videoarbitraje) que decidió la anulación de un gol al Real Madrid por fuera de juego y otro al Juventus por falta. Fue en su quinto partido, ante el Villarreal, cuando consiguió por fin ver puerta.
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Cerró su primera media campaña de rojiblanco con seis goles en 17 duelos y encaró su primer inicio de curso con esperanza, tras confirmarse una nueva cesión y acuerdo para el traspaso. "El Atlético es lo mejor que me ha podido pasar", aseguró a EFE en una entrevista hace un año en la concentración de pretemporada de los rojiblancos en Los Ángeles de San Rafael.
Sin el francés Antoine Griezmann ya en el equipo, la competencia por el ataque se reducía a él y Diego Costa, con el joven mediapunta portugués Joao Félix recién llegado. Morata comenzó titular y marcando contra el Getafe, y tras una lesión encadenó una racha de cinco goles en cinco encuentros, su mejor serie goleadora desde la temporada 2012-13 cuando alternaba el Real Madrid y el Castilla.
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Pero esa racha no tuvo la continuidad necesaria para librar al Atlético de una serie de empates -seis y una derrota en once duelos ligueros de octubre a diciembre- que distanciaron al conjunto rojiblanco de la pelea por el título y a Morata del cartel de delantero resolutivo con el que llegó al Metropolitano.
En el arranque nuevo año, Morata vivió los contrastes: una lesión muscular y la recuperación de Diego Costa tras su operación de hernia discal cervical, desposeyó al madrileño de la titularidad en el encuentro más importante del momento, la vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Liverpool en Anfield Road, donde formaron de inicio Costa y Joao Félix.
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Sin embargo, Morata fue junto a Marcos Llorente coprotagonista de la remontada en Anfield, dando a su compañero el pase del segundo gol y trenzando con él un contraataque con el que el '9' firmó el tercero y definitivo, en una celebración en la que Morata hacía un gesto de pedir perdón a la hinchada rojiblanca.
"Lamentablemente tuve que jugar con otras camisetas y no con la del Atleti, pero siempre fui del Atleti", aseguró Morata durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus en una charla con el tenista Fabio Fognini. Un confinamiento que pasó recuperándose de una lesión muscular.
En ese estado de sintonía con el club y los aficionados, llegó el retorno liguero y con él, la pugna Morata-Costa por el puesto de ariete titular.
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El madrileño salió de inicio en seis de las once jornadas, en todas ellas sustituido antes del final del encuentro, y pese a ser autor de cuatro goles y una asistencia, no fue elegido para ser de la partida en el trascendental duelo de cuartos de final contra el RB Leipzig alemán, en el que jugó 18 minutos en la derrota por 2-1 que dejó al Atlético fuera de la 'Final a Ocho' europea.
En ese estado de cosas, pasadas las vacaciones e iniciada la nueva pretemporada, apareció el Juventus italiano. En busca de un delantero, tocó la puerta de Morata, cuyos lazos con el país y la ciudad traspasan lo deportivo hasta lo familiar -su mujer es italiana-, y que comenzaron a hacer dudar al ariete.
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El '9' era "clave" en el nuevo proyecto del Atlético e incluso iba a ser titular en el estreno liguero del equipo el próximo domingo en Granada... Hasta que el mercado precipitó los acontecimientos y puso sobre la mesa la posibilidad de incorporar al uruguayo Luis Suárez desde el Barcelona, lo que permitía una salida.
A la espera de saber si el uruguayo será rojiblanco, Morata ya puso fin, al menos temporal, a su reencuentro con el club rojiblanco, el equipo de su infancia. "Siempre tendré mi abono en el Metropolitano", se despidió Morata de los aficionados a través de Instagram. Un regreso agridulce solapado con un nuevo retorno en su trayectoria, esta vez a Turín.
More memories ❤️
— JuventusFC (@juventusfc) September 22, 2020
More victories 💪
More sound 🔊
More lights ✨#MOREMORATA @alvaromorata#LiveAhead pic.twitter.com/VZc9fUMWIs