Un nuevo hogar para una nueva etapa. Eso es lo que buscan Los Angeles Clippers con la construcción del Intuit Dome, un ambicioso y rutilante estadio con el que "el hermano pobre" de Los Angeles Lakers aspira a alcanzar por fin la gloria en la NBA.
Con capacidad para 18.000 espectadores y un presupuesto estimado de 1.800 millones dólares, este estadio, del que se colocó su primera piedra el pasado 17 de septiembre, simboliza las esperanzas de una franquicia que busca dar un paso adelante tanto en su éxito en las canchas como en su impacto fuera de ellas.
"Me gusta pensar en este estadio como un 'palazzo' del baloncesto, un homenaje al deporte del baloncesto", afirmó el propietario de los Clippers, Steve Ballmer, exdirector ejecutivo de la multinacional Microsoft, que sustituyó a Bill Gates al frente de la compañía entre 2008 y 2014.
Con su muy particular estilo, Ballmer contó que se sentía "como un niño el día de Navidad" y resaltó algunas de las características más llamativas de la futura casa de los Clippers.
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Por ejemplo, el Intuit Dome presentará una mastodóntica pantalla en forma de óvalo de más de 4.000 metros cuadrados que presidirá el recinto.
Además, el estadio contará con "El Muro", una sección justo al lado del banquillo rival compuesta por 51 filas consecutivas de asientos desde la pista hasta el techo y que está concebida para aumentar la presión y el ruido al máximo sobre el equipo contrario.
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Ballmer subrayó que la afición estará más cerca de la acción en este estadio y destacó que las gradas estarán muy inclinadas para que en lugar de "espectadores" haya "participantes".
"Vuestro trabajo es ayudar a nuestros jugadores", dijo a los aficionados presentes al acto.
También recordó que el Intuit Dome se ha diseñado para que sea lo más respetuoso posible con el medioambiente.
Vivir bajo la sombra de Los Lakers, el equipo que ha ganado 17 anillos -récord de la NBA junto a los Boston Celtics-, no ha sido fácil para los Clippers.
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Fundados en 1970 en Búfalo (Nueva York) y con parada previa en San Diego (California), los Clippers aterrizaron en 1984 en Los Ángeles, una ciudad consagrada a los colores púrpura y oro de los Lakers.
Sin títulos en sus vitrinas ni apariciones en las Finales de la NBA, los Clippers comparten por ahora estadio con los Lakers, el Staples Center en el centro de la ciudad californiana.
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De ahí que la construcción del Intuit Dome se entienda también como un esfuerzo por realzar y diferenciar la identidad de este conjunto que ahora lideran en la pista Kawhi Leonard y Paul George.
EL FANTASMA DE LA GENTRIFICACIÓN
A tres años de su inauguración -se espera que abra sus puertas en octubre de 2024-, la construcción del Intuit Dome ya está en marcha en Inglewood, una ciudad del suroeste del condado de Los Ángeles (EE.UU.) con una muy importante población latina y afroamericana.
El recinto de los Clippers se situará justo al sur del SoFi Stadium, un espectacular estadio que se estrenó en 2020 con capacidad para 70.000 fans y en donde juegan sus partidos de la NFL Los Angeles Rams y Los Angeles Chargers.
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Bajo el nombre Hollywood Park, toda esa zona, que también incluye el auditorio YouTube Theater, supone una gran apuesta de desarrollo e inversión para la ciudad.
Ballmer dijo que se sienten "honrados de ser un vecino más", pero no todos en Inglewood tienen claro que el desembarco de las franquicias deportivas sea una buena noticia.
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El fantasma de la gentrificación recorre en los últimos años las calles de Inglewood.
La gentrificación es el proceso por el cual la población de un barrio se ve desplazada por personas de un nivel económico superior, y en este caso se teme que familias latinas y afroamericanas tengan que abandonar Inglewood por el aumento del coste de vida derivado de esas nuevas instalaciones.
Kim, del grupo activista Here to Stay, habló hace un par de semanas con la emisora KPCC para explicar su situación.
"La mayoría de Here to Stay vivimos de alquiler, también hay algunos propietarios, y simplemente estamos viendo un desplazamiento masivo de la clase trabajadora y de bajos ingresos de la comunidad de Inglewood que han estado aquí durante décadas", aseguró.
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Para contrarrestar estas críticas, Ballmer y los Clippers, como parte de su acción social en la zona, se han comprometido a invertir 80 millones de dólares en viviendas para personas con pocos recursos en Inglewood.
PASADO Y FUTURO
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Los conflictos vecinales con el deporte de fondo no son algo nuevo en Los Ángeles.
En los años 50, los habitantes del barrio Chavez Ravine, con una gran población hispana, fueron forzados a malvender o abandonar sus casas con el objetivo final de que se construyera ahí el estadio de Los Angeles Dodgers.
Ese traumático episodio para los hispanos en Los Ángeles tiene también algo de paradójico ya que, décadas después, los latinos son una parte fundamental e imprescindible de la afición de este equipo de béisbol.
Con eso en mente, resulta fácil entender a las voces angelinas que alertan ahora de posibles consecuencias indeseadas por los nuevos estadios en Inglewood.
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Pero también hay otros reproches que miran incluso más allá.
La plataforma de izquierdas NOlympics LA surgió en 2017 para rechazar la celebración de los Juegos Olímpicos en Los Ángeles en 2028 y para denunciar los efectos sociales y urbanísticos que podrían tener en la ciudad.
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"Los Juegos Olímpicos siempre han acelerado la vigilancia policial, los desahucios, la desigualdad, la explotación y la erosión de la democracia en cada ciudad anfitriona", aseguran en su web.
"Los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 no son diferentes", sostienen.