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Estas canciones del hermano de Darío Gómez las grabaron Pastor López y Rodolfo Aicardi

Aunque Gabriel Gómez, hermano menor de Darío Gómez, tenía pasión por la interpretación, su gran fuerte siempre estuvo en la composición. Conozca a los artistas que les dieron vida a sus letras.

Gabriel Gómez
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Gabriel Gómez fue solo uno de los talentosos artistas jeronimitas que, bajo la sombrilla profesional de su hermano, el Rey del Despecho, Darío Gómez, pudieron conectarse con el mundo del espectáculo. Aunque tenía talento para cantar, Gabriel encontró el verdadero éxito en la composición.

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Aunque durante buena parte de su vida trabajó en cultivos y en construcción, desde pequeño tuvo una afición por la música que explotaba hasta con los elementos más simples e incluso muchos decían que era un segundo Darío Gómez.

Fue el mismo Rey del Despecho que popularizó Juventud perdida, la canción más reconocida del repertorio musical de líricas escritas por Gabriel Gómez.

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"Nos relata la historia de un chico que, por el trabajo, por el esfuerzo, no pudo conseguir su sueño y por eso le puso Juventud perdida", explicó Daniel Gómez, hijo de Gabriel Gómez.

Pero este no fue el único tema que sonó, pues Gabriel Gómez logró que Rodolfo Aicardi, quien grabó Tu indiferencia, y la orquesta la Cheverísima, quienes interpretaron Quiero ser feliz, llevaran al éxito sus canciones. Francy y El combo de las estrellas, otros de los artistas que se deleitaron con las letras de la autodenominada Voz revelación del despecho.

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Nelson Gómez, hermano de los fallecidos cantantes de la dinastía Gómez Zapata, aseguró que Gabriel "fue un compositor de respeto, porque le grabó Pastor López, le grabó mucho al Rodolfo Aicardi, le grabó Armando Hernández, le grabó mucha gente".

Alex Tabares, mánager de Gabriel Gómez, comparte el pensamiento de Nelson, enfatizando en que no cualquiera tenía el placer de grabar las obras de su autoría. "Fue un artista Gabriel, pero, más que resaltarlo como artista, fue un gran compositor", destacó.

El hermano menor de Darío Gómez sintió la pasión por la música hasta el último momento de su vida, puesto que acabaría falleciendo mientras cantaba Nadie es eterno en el mundo en un evento en Barbosa, Antioquia.

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