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El 19 de mayo de 1975 fue una de las fechas más tristes en la vida de Delio ‘Maravilla’ Gamboa, leyenda del fútbol colombiano, por la muerte de su amigo y compañero en las canchas Marino Klinger.
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Más que un colega en la cancha, el futbolista Marino Klinger era el “hermano de la vida” de ‘Maravilla’ Gamboa, según cuentan sus hijos.
Y es que los futbolistas conformaban en su época una temida dupla conocida como la “llave negra”. Dejaron huella en Millonarios, la selección Colombia y la selección Valle.
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El fallecimiento de Marino Klinger golpeó duramente a ‘Maravilla’ Gamboa, quien – afirman sus familiares y amigos - nunca pudo recuperarse por completo de la pérdida.
Alejandro Gamboa, hijo de ‘Maravilla’, recuerda la tristeza que invadió a su padre: “Fue muy fuerte para él. Marino era como su hermano, su gran amigo, una gran persona y un futbolista excepcional”.
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En Expediente Final, otro de los hijos de Delio Gamboa, contó que la noticia de la muerte de Klinger fue devastadora para toda su familia. “Estábamos en Bogotá cuando nos dijeron. Eso fue tenaz porque él lo quería mucho. Más que un amigo, era como el hermano que nunca tuvo”.
Para Cerveleón Cuesta, asistente técnico de Millonarios, la relación entre Gamboa y Klinger trascendía el fútbol. “Ellos se entendían a la perfección en la cancha y fuera de ella. Su amistad era tan fuerte como su conexión dentro del campo”, relató Cuesta, quien destacó cómo la muerte de Klinger afectó el desempeño de Delio Gamboa. Según allegados, el jugador nunca volvió a ser el mismo después de aquel trágico 19 de mayo.
Buscando una forma de superar la tristeza, Delio ‘Maravilla’ Gamboa decidió ocupar su mente y se formó como entrenador en la Universidad Nacional de Bogotá. Millonarios le ofreció un puesto en las divisiones inferiores, donde se dedicó a formar nuevos talentos y mantenerse vinculado al deporte que tanto amaba. Sin embargo, el dolor por la pérdida de su amigo siempre lo acompañó.
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