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El compositor Isaac Villanueva dejó un gran legado en la música colombiana con obras como El pescador de Barú o El ausente. Moverse en el mundo artístico en muchas ocasiones lo expuso a los excesos, pero él siempre se mantuvo alejado de estos y era el ejemplo para los artistas sobre este compromiso.
Aunque nunca fue un hombre de fiesta y excesos, sus amigos y colegas recuerdan la única ocasión que lo vieron pasado de tragos. Esa noche le salió bastante cara, pues terminó en una estación de policía.
John Jairo 'El mono' Betancur, señaló a Expediente Final que "a él le gustaba el traguito, yo creo que en esa época todos éramos así"; sin embargo, Villanueva podía tener problemas con los artistas con los que trabajaba por tratar de controlarlos en las fiestas. Cuando veía que las personas empezaban a excederse, decidía abandonar.
Lograba compartir momentos de diversión con los artistas y sus colegas. Mario Rincón 'Pachanga, ingeniero de sonido de Discos Fuentes, quien trabajó con Villanueva, recordó que "éramos alegres y nos divertíamos mucho".
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En ocasiones, esas noches llenas de música en el estudio y en las que necesitaban tener la energía a tope, un trago no caía mal. Rincón agregó que, una noche, "salimos de la grabación borrachos, entonces en el carro en el que íbamos, la Policía hacía control y nos cogió a nosotros".
Isaac Villanueva y Mario Rincón terminaron en una estación de Policía, pero eso no acabó con la fiesta, el ingeniero de sonido señaló que "nos desquitamos". Detalló que mientras estaban en la estación y con los tragos todavía en la cabeza, "les contamos en lo que nosotros trabajábamos, ellos se pusieron muy felices y terminamos tocando ahí en la estación".
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