Monseñor Isaías Duarte Cancino, el polémico y recordado arzobispo de Cali, considerado un mártir de la violencia en Colombia, fue asesinado justo cuando acababa de terminar una ceremonia religiosa en el Buen Pastor. Los hechos fueron aterradores, al finalizar su oficio religioso fue ultimado frente a sus fieles, dejando atónitos a los presentes.
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Hasta el papa Juan Pablo II, de quién monseñor Isaías Duarte Cancino era muy cercano, se pronunció ante este cruel hecho.
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Luego, las autoridades determinaron que las hoy extintas FARC fueron los autores del horrendo crimen, en cabeza de ‘Iván Márquez’, a quien le imputaron 25 años de prisión por este asesinato.
La Iglesia católica ha reconocido en él una labor social enorme. Fue un hombre que trabajó arduamente por la paz en Colombia, por la liberación de secuestrados, construyó escuelas, unió familias y por eso se está gestionando su canonización.
Isaías Duarte Cancino era oriundo de San Gil, Santander. Ejerció como profesor del Seminario Mayor, vicario de la Catedral de Bucaramanga, párroco de varias Iglesias, director espiritual del Seminario de Sacerdotes y fue Obispo auxiliar de la capital de Santander. Con el nació el Banco de Alimentos.
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“Yo creo que monseñor Isaías Duarte llevaba también ese carácter, pero en función del servicio y de que se cumpliera en este país y en cada hombre y mujer, en cada joven, en cada niño, el sueño de Dios, que era la paz”, afirma Jesús Hernán Orjuela, el padre Chucho, recordado sacerdote colombiano.
Fue el principal gestor para que el temido grupo EPL, Ejército Popular de Liberación, se desmovilizara.
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“Cuando uno va a grabar dicen: es que monseñor hablaba con todos y se sentaba igual con la autodefensa, como con el EPL, con las FARC, con el ELN, con cualquiera e incluso los ponía a conversar”, reconoce el periodista Wilson Martínez.
Al parecer, uno de los sicarios que acabó con la vida de monseñor Isaías Duarte había pedido permiso en la cárcel para salir y lograr así el asesinato.