Con la propagación de los peligrosos retos en internet, niños y jóvenes arriesgan su vida con el fin de encajar u obtener visualizaciones en sus videos publicados en redes sociales. Así fue el caso de ocho menores que resultaron intoxicados en México luego de ingerir pastillas de clonazepam para cumplir con el desafío que consiste en no dejarse vencer por el sueño que este medicamento produce.
Este fármaco de venta regulada es un depresor del sistema nervioso central que puede servir para tratar la ansiedad, el pánico, algunas manifestaciones de bipolaridad y los trastornos del sueño, llegando a producir somnolencia.
El médico toxicólogo Agustín Guerrero advierte sobre los riesgos de consumir clonazepam sin fórmula médica, pues el medicamento produce un estado de relajación que se puede reflejar en debilidad, dificultad para hablar y somnolencia excesiva.
“Esta somnolencia podría inducir un estado de coma en el que posteriormente se suprima el sistema respiratorio y esto genere la muerte”, comenta el toxicólogo.
Por otro lado, el doctor en psicología clínica Augusto Pérez plantea un debate acerca de cómo los niños y jóvenes acceden a este tipo de medicamentos, ya que solo existen dos formas de conseguirlo: en la casa o en el mercado farmacéutico.
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En el primer caso, “todos los padres tienen la obligación de tener un control directo sobre los medicamentos que tengan en la casa”, advierte el experto. En el segundo, Pérez hace un llamado de atención a las farmacias a exigir fórmula médica a los niños que se acerquen a comprar este tipo de fármacos y se les explique el riesgo de consumirlo.
Cabe resaltar que este tipo de fármaco puede ser adictivo y generar dependencia física, es decir, que al dejar de consumirla, se pueden presentar alteraciones en el comportamiento.
Adicionalmente, medicamentos como el clonazepam crean tolerancia en el sistema, obligando al consumidor a aumentar constantemente la dosis para producir el mismo efecto.
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Una vez se crea esta dependencia, el proceso de rehabilitación y desintoxicación debe hacerse de manera controlada con supervisión médica, puesto que la suspensión brusca del medicamento puede generar consecuencias muy graves para el usuario.