"Ruge o espera a ser devorado", libro con el que Daniel Habif quiere que la gente aprenda a amarse

Daniel Habif comenzó su carrera como actor, sin embargo, su verdadero éxito internacional se catapultaría en el ámbito de las conferencias y la literatura. En entrevista con Juan Roberto Vargas, director de Noticias Caracol, el best seller mexicano cuenta un poco sobre su nueva obra, "Rugir o ser devorado", la cual es uno de los textos más esperados de la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2023.

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Juan Roberto Vargas (J.R.V.): ¿A quién o a qué hay que rugir?

Daniel Habif (D.H.): Creo que rugir es la actitud de no más silencio. No más silencio en muchos contextos internos.

Considero que dentro de cada individuo se esconde un rugido, pero muchas veces está clausurado o tenemos la garganta apagada y termina por ser amordazada, y esa mordaza de una forma muy opresiva la censuramos porque estamos repletos de culpas, de vergüenzas.

La intención es que ese libro te ayude a cortar esas mordazas de ese grito que lleva mucho tiempo enmudecido, entonces este libro lo que hace es llevarte a actuar como una unidad militar en lo personal, activar y desactivar los estilos del liderazgo personal.

J.R.V.: Habla tres pasos que son fundamentales, que son inspirar, inflamar y rugir. Esos tres procesos para vencer ese bendito miedo que a todos nos acorrala y que nos pone esos límites.

D.H.: Inspirar primero es un proceso de una ácida autoevaluación. Regresar al manual. Es una exploración interna en la que tú vas a revisar que te constituye.

Inflamar es llevar todo esto a una acción real. Aprender a tomar mejores decisiones con una base científica. Muy identificar lo que deseamos y por qué deseamos eso.

Rugir es aniquilar la tiranía de ese silencio que me enmudecía.

La finalidad del libro es que la gente aprenda a amarse completa y no por partes. Yo sé que no siempre nos va a gustar todo, gran parte de la intención del libro es eso.

J.R.V.: Tú hablas de la fe, pero también desde ese punto de vista de cómo manejo mis miedos. Dices: “Mucha gente ora para que Dios te quite las cargas, pero te aferras a ellas”.

D.H.: Mira, yo en el libro dejo claro que la fe no puede ser la única estrategia. Es válido preguntarse ¿la fe lo resuelve todo?.

Yo podría pensar que lo resuelve casi todo, pero lo más importante de la fe es que hace soportable el reto. Esa es la maravilla de la fe, porque es un concepto que supera un contexto de religiosidad.

La fe te dice que Dios no te abandona por tus errores. Él se queda a tu lado para ayudarte a corregirlos y a veces somos nosotros quienes nos abandonamos, entonces la fe es una extraordinaria plataforma.

Estamos en el suelo, completamente rendidos, pero resulta que antes de ponernos de pie tenemos que pasar por ponernos de rodillas, y ponerte de rodillas es un acto muy poderoso. Yo tengo el concepto muy claro, el concepto claramente es el concepto bíblico, pero todos necesitamos un grano de fe.

La religiosidad es el hotel favorito de la culpa y uno no siempre sabe cómo activar la fe. Más allá de perder la fe, la desactiva. Y activarla requiere de muchísimo, pero la esperanza sí logra vencer, no como una ilusión o un sesgo, sino cuando hay una esperanza, anímicamente tienes un impacto muy importante en la bioquímica de todo tu cuerpo.

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