Las uñas a menudo pasan desapercibidas. Sin embargo, más allá de su función estética, pueden convertirse en pequeñas ventanas que revelan información valiosa sobre nuestra salud. Un claro ejemplo de esto es el caso de las uñas amarillas, una condición que, si bien puede deberse a factores externos como el uso de esmaltes o el tabaco, también puede ser un signo de alerta de problemas de salud subyacentes.
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¿Por qué las uñas se ponen amarillas?
Según un artículo de la Dr. Clarisse Bezerra, las uñas amarillas pueden ser un indicativo de varios factores que van desde el envejecimiento hasta infecciones o deficiencias nutricionales. Es esencial prestar atención a este síntoma y considerar la consulta con un dermatólogo o un podólogo para un diagnóstico preciso y tratamiento adecuado.
La micosis, un enemigo silencioso
La onicomicosis, más conocida como hongos en las uñas, es la principal causa de uñas amarillas. Esta infección fúngica se caracteriza por la proliferación de hongos en las uñas, provocando cambios en su coloración, textura y forma. Las uñas afectadas suelen tornarse amarillentas, engrosarse, debilitarse y, en algunos casos, presentar un aspecto deformado.
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Tabaquismo, un hábito que deja huella
El tabaquismo, además de ser un factor de riesgo para enfermedades pulmonares, también puede afectar la salud de las uñas. Las sustancias químicas presentes en el cigarrillo, como la nicotina, se impregnan en la piel y las uñas, otorgándoles una coloración amarillenta antiestética.
Esmaltes: belleza a costa de la salud
El uso frecuente de esmaltes, especialmente aquellos de colores oscuros como el rojo o el anaranjado, puede ocasionar que las uñas se tornen amarillentas con el paso del tiempo. Esto se debe a que los pigmentos del esmalte penetran en la queratina de la uña, manchándola.
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Déficit nutricional: cuando el cuerpo habla
Las uñas, al igual que otras partes del cuerpo, requieren de un aporte adecuado de nutrientes para mantenerse sanas y fuertes. La deficiencia de vitaminas como la A y C, así como de minerales como el hierro, calcio o zinc, puede manifestarse en forma de uñas frágiles, quebradizas y con cambios en la coloración, incluyendo la aparición de tonos amarillentos.
Envejecimiento: un proceso natural
Con el paso del tiempo, las uñas tienden a debilitarse y cambiar de color, adquiriendo una tonalidad amarillenta. Este proceso natural del envejecimiento no representa un problema de salud, pero sí puede ser una señal del paso de los años.
Psoriasis ungueal: más allá de la piel
La psoriasis, una enfermedad autoinmune que afecta la piel, también puede manifestarse en las uñas. La psoriasis ungueal se caracteriza por la inflamación y el engrosamiento de las uñas, ocasionando que estas se tornen gruesas, deformadas, quebradizas y con manchas amarillas.
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Problemas hepáticos: un llamado de atención
Las enfermedades hepáticas, como la cirrosis o la hepatitis, pueden ocasionar alteraciones en la coloración de la piel y las mucosas, incluyendo las uñas. En estos casos, las uñas pueden tornarse amarillas, además de presentarse otros síntomas como ictericia (coloración amarillenta de la piel y ojos), náuseas, dolor abdominal y fatiga.
Insuficiencia renal: cuando los riñones fallan
La insuficiencia renal crónica puede provocar una serie de alteraciones en las uñas, incluyendo la formación de hongos, lo que a su vez puede ocasionar que estas se tornen amarillas. Además, las uñas de personas con esta enfermedad pueden presentar puntos blancos, estrías longitudinales, desprendimiento y ausencia de la lúnula (la media luna blanca en la base de la uña).
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Exceso de betacarotenos: un caso poco común
El consumo excesivo de alimentos ricos en betacarotenos, como la zanahoria, la calabaza o el mango, puede ocasionar una condición conocida como carotenemia. Esta condición, si bien es benigna, se caracteriza por una coloración amarillenta de la piel y, en algunos casos, de las uñas.
Si bien algunos casos de uñas amarillas pueden deberse a factores externos o hábitos que pueden modificarse, es importante estar atentos a la aparición de otros síntomas o a cambios repentinos en la coloración de las uñas. En caso de presentar uñas amarillas junto con otros síntomas como dolor, inflamación, cambios en la forma o textura de las uñas, ictericia, náuseas, fatiga o dolor abdominal, se recomienda acudir al médico para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.