Natalia Aldana, médica veterinaria y etóloga, habló de la importancia que tiene para los perros el olfato.
“El sentido del olfato de los perros es muy especializado. En promedio, nosotros tenemos cinco millones de receptores olfativos versus los perros, que tienen entre 200 y 300 millones”, dijo la especialista.
Por eso se entiende que los perritos perciben y construyen su mundo a través del olfato y es así como se relacionan con su entorno.
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“Más o menos en comparativo, podemos estar hablando de que los seres humanos podemos identificar de 3.000 a 4.000 olores versus los perros que pueden llegar a identificar cerca de un millón de olores. Esto, junto con su desarrollo cerebral, hace que discriminen de forma adecuada ciertos olores que para nosotros los humanos puedan ser muy similares pero para ellos no”, explicó Aldana.
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Es que el tamaño del área cerebral del perro destinada al procesamiento de olores es muy superior al del humano. Pero esto no es todo, estos animales también cuentan con una estructura especial para la detección de ciertos olores, llamado órgano de Jacobson.
“Este órgano está situado sobre la superficie del paladar duro y se comunica con el sentido del olfato a través de un conducto. Este órgano es muy especializado y se dedica específicamente a identificar ciertas sustancias bioquímicas, conocidas como feromonas. Se encarga de identificarlas, procesarlas y producirlas, o reproducir la información existente en estas, para proveer información detallada al perro”, precisó la experta.
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Esto les resulta muy útil para reconocer a otros individuos y obtener información sobre ellos y ese es el motivo por el cual los perritos olfatean los orines de otros perros o incluso los lamen, para estimular la activación del órgano de Jacobson.
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“Es importante no evitarlo porque estamos cortando la comunicación específica, en este caso, de los perros”, aseguró la médica veterinaria.
Y todo esto, para decirles que es un comportamiento propio y que evitarlo es interferir en la naturaleza de su especie. Sería algo así como que a los humanos les taparan la boca para evitar comunicarse con los amigos o el vecino. A través del olfato, el perrito estimula su cerebro, construye su mundo y elimina estrés, además comportarse como tal.
“Restringir este tipo de comportamientos lo único que puede llegar a hacer es que el perro no genere los medios de comunicación adecuados con su ambiente, tanto con otros perros como otras especies y su entorno, y evite a toda costa que se sienta cómodo durante los paseos y que lo disfruten. La verdad, es que el comportamiento de olfatear no solamente trae un componente comunicativo, sino también de relajación, manejar un paseo estructurado y bien adecuado puede traer bienestar para tu perrito”, concluyó.