Las personas que tienen gatos en casa
saben lo especiales y territoriales que estos son. Aunque cada felino tiene una personalidad diferente, y ninguno se parece completamente al otro, la mayoría comparte el desprecio por el agua y las puertas cerradas.
¿Por qué a los gatos no les gustan las puertas cerradas?
La curiosidad es una de las principales razones por las que a los gatos no les gustan las puertas cerradas, pues representan un obstáculo en su camino y pueden hacerlos sentir aún más curiosos sobre lo que hay detrás de ellas.
En algunos casos, tratarán de abrir la puerta por sí mismos o simplemente maullarán para que alguien lo haga por ellos.
Les gusta tener acceso a todos los espacios de la casa
Los gatos son animales territoriales y les gusta tener acceso a todos los espacios de la casa, sí, a todos.
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Si una puerta está cerrada, no lo dude, podrán proceder a rascarla o arañarla en un intento por entrar.
Los gatos odian sentirse atrapados
Estos felinos son animales independientes y odian sentirse atrapados. Si un gato entra en una habitación y la puerta se cierra detrás de él, podría hacer travesuras ante la sensación de encierro.
Esto ocurre especialmente si el gato no está acostumbrado a estar en esa habitación y no sabe cómo volver a salir.
Según expertos citados por el diario El Espectador, es apropiado que los dueños de los gatos les permitan ingresar a las habitaciones al menos una vez al día. De esta forma, los felinos comprobarán que no hay nada escondido y su fuerte curiosidad disminuirá.
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También se sugiere construir una entrada pequeña en las puertas que se pueda, para que así el felino se movilice a su antojo sin necesidad de causar daños.
¿Si un gato no ronronea es porque está deprimido?
Pero tenemos más datos sobre estos adorables amigos. Si un gato no ronronea, no necesariamente significa que esté infeliz.
Los gatos son animales complejos y pueden expresar su estado emocional de muchas maneras diferentes. El ronroneo es una de esas formas, pero no es la única.
"Normalmente, los gatos muy tímidos casi no ronronean o lo hacen más bajito. Los gatos que son más sociables ronronean mucho más fuerte", señaló Sandra López, veterinaria especialista en medicina felina, en diálogo con El Espectador.
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Por otra parte, hay gatos que ronronean desde cachorros y dejan de hacerlo en su edad adulta. López dice que esto no es un motivo de preocupación.
Si un gato no está ronroneando y también parece tener otros síntomas de enfermedad o dolor, es necesario llevarlo al veterinario para una revisión.