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Oraciones a la Virgen María: súplicas para pedir por lo inalcanzable

La oración a la Virgen María es esencial para pedir ayuda a la madre de Dios en aquellos problemas donde parece no haber una salida. Le explicamos cómo rezarla.

La Virgen María brinda fortaleza y orientación en cada paso del camino.
La Virgen María brinda fortaleza y orientación en cada paso del camino.
Imagen de referencia/Pixabay

En momentos de dificultad, muchas personas buscan refugio en la palabra de Dios y en la devoción a la Virgen María, ya sea para enfrentar desafíos o para expresar gratitud en momentos de alegría, la fe que han cultivado a lo largo de los años les brinda la serenidad y calma necesaria.

La oración a la Virgen María es una plegaria específica con el propósito de abordar situaciones inalcanzables o aquellos momentos en los que parece no haber una salida clara.

Este espacio de meditación, al centrarse en la oración con una perspectiva positiva, se convierte en un recurso significativo. Los versos de esta plegaria tienen el poder de proporcionar serenidad a su vida, actuando como un faro de esperanza en tiempos difíciles.

Al mantener este ritual de oración, usted puede experimentar una conexión más profunda con su fe y encontrar consuelo en la confianza de que la Virgen María está presente, brindando fortaleza y orientación en cada paso del camino.

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Oración a la Virgen María por lo inalcanzable


Madre admirable, madre de la divina gracia, verdadero consuelo del que llora, abogada, dulcísima de los pecadores, presencia de Dios constante. Ten piedad de todos aquellos a quienes amo, y por tu inmaculado corazón, sagrario y templo de la Santísima Trinidad, asiento de tu poder.

Trono de sabiduría y océano de bondad, permite que el Espíritu Santo forme en nuestro corazón un nido en que repose para siempre. Alcánzame lo que tanto me hace falta, lo que con todo el fervor de mi alma te pido, por los merecimientos de Jesús y los tuyos, si es para gloria de la Trinidad Santísima y bien de mi alma.

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Acudo a ti como poderosa intercesora para pedirte por esta muy difícil necesidad, por este imposible problema que tanta desesperación me causa y que me resulta inalcanzable por mis débiles medios. (Hacer la petición con inmensa confianza). Y, aunque para mí es casi imposible de conseguir, en tu mano está el concedérmela, y de este modo pueda yo ver resueltas las dificultades, preocupaciones y dolor que me provoca esta situación angustiosa.

¡Virgen santa, noble reina de los ángeles, esposa del Espíritu Santo, acuérdate de que eres mi madre! Tú que nos pones en comunicación con tu hijo, que nos das los medios para llegar al Altísimo, te imploro presentes mis peticiones para que reciba urgente auxilio.

Dulce María, madre amada mía, líbrame de los enemigos de mi alma y de los males temporales que me acechan en la vida, a ti sean mis afectos de gratitud y devoción. María, santa señora, ruega por todos nosotros a tu Santísimo Hijo, nuestro señor y Maestro. Amén.

¿Existen otras oraciones de la Virgen que pueden funcionar para momentos difíciles?


La Iglesia Católica ofrece una amplia variedad de rezos que sirven como herramientas espirituales en diversas circunstancias. Para aquellos devotos que sienten una conexión especial con la Virgen María, la elección de la oración adecuada puede marcar una diferencia significativa en su experiencia espiritual.

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En momentos de incertidumbre o desafío, puede seguir una oración específica dirigida a la Virgen María. Esta plegaria se centra en solicitar fortaleza y ayuda en aquellos momentos en los que la respuesta no es evidente.

Al comprometerse con esta oración, usted puede encontrar consuelo y orientación, permitiendo que la presencia espiritual de la Virgen María le brinde apoyo en sus inquietudes y desafíos diarios.

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“Oh María, Virgen Inmaculada plena de gracia, muéstrate a nosotros, dulce Reina, Madre de todos los pueblos, ruega por nosotros, ven a nosotros, amorosa y tierna Señora, y, desde los Cielos, donde fuiste elevada por Dios, guíanos, protégenos, cuídanos y ampáranos”.

“Virgen María, llena nuestras vidas de salud, paz y bienestar, y ya que eres poderosa abogada del que implora tu favor, recíbenos con cariño en tus dulces brazos y guárdanos con amor en tu amoroso Corazón. Ya ves que a tus pies llegamos con afecto e ilusión implorando nos cubras con tu manto de amor, danos serenidad, llena nuestros corazones de paz y aleja de nosotros todo temor, incertidumbre y dolor”.

“Madre Santísima, acerca mis suplicas al Señor, pide al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo me ayuden en mis aflicciones, en mis angustias y penas, que me den cuanto antes los medios necesarios para salir de tan difícil y desesperada situación y me concedan lo que pido por tu poderosa mediación: (pedir con inmensa fe y esperanza lo que se desea obtener)”.

“Te amo y venero Señora bendita, Virgen Asunta a los Cielos, en tus manos deposito mi vida y en ellas dejo mis deseos, Tú que nunca dejas sin respuesta a quien a Ti acude, torna mis tristezas en alegrías y mis llantos en sonrisas. Gracias Virgen pura e Inmaculada por estar a mi lado noche y día y darme tu amparo. Amén”.

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