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Los papeles del coronel Nicolás Márquez, el abuelo de Gabo

Revelamos el expediente en el que la familia del coronel Nicolás Ricardo Márquez, abuelo de Gabriel García Márquez, pedía la bonificación para el veterano de la Guerra de los Mil Días. El hallazgo lo hizo un investigador aficionado.

En una expedición arqueológica por las guerras del Caribe colombiano, el investigador aficionado Ernesto Altahona encontró los papeles del coronel Nicolás Ricardo Márquez, en los que su familia reclamaba la bonificación de su ser querido como veterano de la Guerra de los Mil Días.

Era la historia documentada en el expediente 243 del Ministerio de Guerra sobre recompensas para antiguos militares, nada más y nada menos que del abuelo de Gabriel García Márquez, con quien vivió en Aracataca hasta los ocho años.

El profesor estaba en Canadá y casi de inmediato le envió la carpeta completa a su amigo de Valledupar, Carlos Liñán Pitre, profesor del Departamento de Sociohumanidades de la Universidad de Santander, quien adelantaba un trabajo sobre Gabo periodista para su tesis doctoral.

Los papeles del coronel asomaban por primera vez a la historiografía del nobel colombiano y servían para conectar documentalmente la realidad del escritor con su obra literaria. El personaje central de 'El coronel no tiene quien le escriba' y el abuelo de Gabo se quedaron esperando la pensión y murieron sin recibirla.

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Muerto el marido en 1937, Tranquilina Iguarán, la abuela de Gabo, empezó la reclamación con una carta de febrero de 1939 en la que adjuntó la partida de matrimonio, el acta de defunción del coronel y un recibo original firmado por el general Clodomiro Castillo en el que consta que el militar del ejército revolucionario liberal, como intendente general del Ejército, entregó la suma de 19.672 pesos, como saldo de sus cuentas.

El documento, que parecía ser suficiente para demostrar su participación en la guerra, fue rechazado diez años después por la Comisión del Escalafón de los Antiguos Militares.

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La respuesta llegó cuando la abuela Tranquilina había muerto y Juan de Dios Márquez, el hijo mayor, asumió la tarea de la reclamación y pidió a la justicia que escuchara en declaración juramentada a tres compañeros de armas: los coroneles Laudelino y José María Cabello y el general Sabas Socarrás.

Los testimonios que hacen parte del expediente dan cuenta de la participación irrefutable del coronel Nicolás Ricardo Márquez en la guerra que dejó cerca de 100.000 muertos.

Tanto Altahona como el profesor Liñán concluyen que, con hallazgos como este, la historia de las guerras del Caribe y en especial de la Guerra de los Mil Días puede contarse a partir de los vencidos y no de los vencedores.

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