Desde hace muchos años, en las redes sociales se ha debatido sobre cuál es el origen de la arepa , un manjar que se prepara en Colombia y en Venezuela. Pese a los miles de argumentos de los internautas, e incluso de expertos, todavía no hay consenso sobre este tema.
Y es que la arepa es una sabrosa preparación hecha a base de maíz. Este platillo se ha esparcido por todo el mundo gracias a que se puede acompañar con múltiples ingredientes y su precio es asequible.
Así la situación, cuando se le pregunta al ChatGPT sobre el origen de la arepa, este tampoco da una respuesta precisa.
“La arepa es un alimento tradicional que se consume en varios países de América Latina, pero es especialmente popular en Colombia y Venezuela. Ambos países reclaman la arepa como parte de su cultura culinaria y la consideran un plato típico nacional. En Colombia, las arepas suelen ser más delgadas y se preparan con masa de maíz blanco o amarillo. En Venezuela, las arepas suelen ser más gruesas y se elaboran con masa de maíz amarillo”, respondió el ChatGPT a la pregunta “¿de qué país es originaria la arepa?”.
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Además, esta herramienta de inteligencia artificial reforzó el debate que ha rodeado a la arepa desde hace varios años: “La historia exacta del origen de la arepa es un tema debatido y no existe un consenso absoluto. Sin embargo, se cree que las arepas tienen sus raíces en la cultura indígena precolombina de la región que abarca lo que hoy son Colombia y Venezuela”.
Sobre qué tipo de arepa le gustaría más al ChatGPT, la colombiana o la venezolana, este dejó en claro que es un modelo de inteligencia artificial que carece de sensaciones físicas, pero recalcó que “ambas son deliciosas en su propio estilo y ofrecen una amplia gama de sabores y combinaciones de ingredientes. Si tienes la oportunidad de probar una arepa colombiana o venezolana, te animo a que lo hagas y disfrutes de esta deliciosa especialidad culinaria”.
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Colombianas o venezolanas, también son el sustento de miles de personas
Desde hace 27 años, la señora Yolanda Montero se gana la vida en un puesto de arepas, cerca de su casa en el barrio Guatapurí de Valledupar, donde gracias a este negocio convirtió en profesional a su hijo.
“Tenía él como dos añitos cuando comencé a trabajar aquí”, cuenta Yolanda.
Se valió también de pagadiarios y otro tipo de préstamos para costear la carrera de Luis Eduardo, hoy fisioterapeuta de una de las mejores universidades privadas de la región.
“Me costó a veces lágrimas porque a veces me sentía apurada. A veces no me le hacían un descuento en el semestre entonces le tocaba parar, eso eran lágrimas porque él se ponía a llorar y yo también me ponía a llorar hasta que llegaba el otro semestre y volvíamos en la misma función y así lo saqué”, asegura.
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Luis Eduardo Días ejerce su profesión desde hace dos meses en una IPS de Valledupar. Gracias a ese trabajo ahora empieza lo imposible, retribuirle a su madre todo lo que ha hecho por él.
“Creo que la mejor herencia que me llevo no solamente es el título, sino el ejemplo del esmero, de la entrega, de la dedicación por las cosas de que con disciplina y amor por las cosas todo se puede lograr y que nada es imposible, creo que no puedo decirle a la vida que algo me queda grande”, señala Luis Eduardo.