Hablando de las relaciones humanas, la invalidación emocional se presenta como un obstáculo significativo para crear una conexión genuina y el bienestar de ambas partes. Si bien comúnmente se asocia al contexto de pareja, este fenómeno puede manifestarse en cualquier interacción interpersonal, incluyendo padres, amigos, compañeros de trabajo o cualquier persona con la que se tenga un vínculo.
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La invalidación emocional se caracteriza por la minimización o el rechazo de los sentimientos de otra persona, ya sea de forma explícita o implícita. Frases como "no exageres", "eso no es nada" o "deberías superarlo ya" son ejemplos comunes de este tipo de comportamiento.
Según el portal web de ‘Psicología y Mente’, la invalidación emocional a menudo se hace sin la intención de causar daño. Sin embargo, las consecuencias pueden ser profundas y duraderas:
- Dudas sobre sus propios sentimientos: la invalidación puede hacer que la persona cuestione la validez de sus propias emociones, lo que puede llevar a una baja autoestima e inseguridad.
- Aislamiento y soledad: sentirse incomprendido y no apoyado puede conducir al aislamiento y la soledad, dificultando la construcción de relaciones sanas.
- Dificultad para regular las emociones: la invalidación puede dificultar el desarrollo de habilidades para regular las emociones, lo que puede aumentar el riesgo de sufrir estrés, ansiedad e incluso depresión.
- Conflictos en las relaciones: la invalidación emocional puede generar resentimiento, rencor y conflictos en las relaciones interpersonales.
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Las frases típicas de una persona que invalida las emociones de la otra persona
Algunas frases típicas que invalidan las emociones, según el medio 'Tendencias', incluyen:
- “No tienes motivos para ponerte así”
- “Yo he pasado por cosas peores y tampoco estoy tan mal”
- “Qué exagerada eres”
- “Tienes que ser más optimista”
- “¿Te enfadaste por eso?”
- “Tampoco es para tanto”
- “Deberías aprender a ser más fuerte”
- “Yo también tengo ansiedad porque tengo muchas cosas que hacer”
- “Otra vez así”
- “Contigo no se puede hablar, eres demasiado sensible”
- “No te quejes”
- “Tienes que poner más de tu parte para animarte”
- “Hay gente que está peor”
Intentar resolver un problema de inmediato sin considerar las emociones de la persona puede ser invalidante. Aunque la intención sea ayudar, frases como “lo que debes hacer es…” pueden hacer que la persona sienta que sus emociones no son importantes. Es crucial primero reconocer y validar las emociones antes de ofrecer soluciones.