Una discapacidad muy común padecen algunos gatos blancos con ojos azules, el gen W, una mutación que hace que no desarrollen o que pierdan sus células auditivas, provocando que sean sordos.
“Los gatos blancos son extraños, claramente este gen lo que hace es que enmascara, en muchas ocasiones, colores que genéticamente tiene o que porta el gato”, expresó el especialista en gatos Estaban González.
Los gatos con el gen W siempre tienen las orejas fijas, nunca las mueven y, por lo general, los propietarios comentan que no son reactivos y sí muy tranquilos.
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Además, otro signo es que estos gatitos maúllan mucho a raíz de la sordera.
El ser sordos no implica que no puedan tener calidad de vida. Nunca hay que pensar en una eutanasia, rechazarlos y menos abandonarlos. Eso sí, los gatos portadores del gen W no deben ser reproducidos porque con ellos también lo hace la mutación genética.
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Lo más importante que hay que tener en cuenta es amarlos sin límites, no importa qué color o qué discapacidad tengan.