Esa extraña sensación de haber vivido antes un momento presente, conocida como déjà vu , ha intrigado a científicos y filósofos durante siglos. Aunque es un fenómeno ampliamente conocido, las razones detrás de su aparición siguen siendo objeto de investigación. El término déjà vu, que en francés significa "ya visto", describe una experiencia subjetiva de reconocimiento inexplicable. Es más común de lo que parece: aproximadamente dos tercios de las personas lo han experimentado al menos una vez en su vida. Este reconocido fenómeno dice mucho de su salud mental.
Este se manifiesta como una sensación espontánea de familiaridad que entra en conflicto con el entendimiento lógico de que la situación actual es completamente nueva. Por ejemplo, podría sentir que ya estuvo en una habitación a la que está entrando por primera vez o que cuando está manteniendo una conversación le lleguen recuerdos que le hagan pensar que sabía lo que iba a pasar o que lo vivió en un sueño.
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Los déjà vu son buenos para la salud
Según el psicólogo Akira O’Connor, profesor de la Universidad de St. Andrews, el déjà vu parece surgir de un "error" en el procesamiento de los recuerdos. Este error ocurre cuando el cerebro activa áreas relacionadas con el reconocimiento de familiaridad, como los lóbulos temporales, pero sin recuperar un recuerdo específico para validar esa sensación. Esta desconexión entre percepción y memoria genera el conflicto que define el fenómeno.
Estudios en personas con epilepsia del lóbulo temporal han fortalecido esta hipótesis. Antes de una convulsión, estas personas a menudo reportan intensas experiencias de déjà vu, lo que sugiere que esta región del cerebro desempeña un papel central. Sin embargo, el déjà vu no es exclusivo de condiciones médicas. Puede ser parte de un cerebro sano y, de hecho, podría ser señal de un sistema de memoria bien calibrado.
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Cómo se crean los déjà vu?
Aunque los científicos no han identificado una causa universal, el déjà vu parece estar relacionado con situaciones en las que el cerebro procesa información nueva que se asemeja, aunque sea vagamente, a experiencias previas. Un experimento con realidad virtual, por ejemplo, mostró que escenas similares pero no idénticas a otras previamente vistas aumentaban la probabilidad de experimentar déjà vu. Este fenómeno se interpreta como una falla en el reconocimiento: la estructura general de la escena activa una sensación de familiaridad, incluso si los detalles específicos no coinciden.
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El estrés, la fatiga y el nivel educativo también podrían influir. Personas que viajan mucho, tienen altos niveles de actividad mental o atraviesan periodos de cansancio intenso son más propensas a experimentar déjà vu. Esto sugiere que, en ciertos casos, la sobrecarga cognitiva podría generar pequeños errores en los procesos de memoria, por lo que expertos recomiendan corregir estos fallos haciendo ejercicio, alimentándose bien, tomando agua, salir al sol y bajar los niveles altos de cortisol presentes en la rutina.
Es un error saludable del cerebro
Uno de los aspectos más interesantes del déjà vu es que, aunque se considera una "falla" del cerebro, también es un indicador de salud mental. Según O’Connor, cuando el cerebro detecta la sensación de familiaridad errónea, los lóbulos frontales trabajan para corregirla, reforzando la distinción entre lo real y lo imaginado. Este mecanismo de control cognitivo es esencial para evitar que actuemos basándonos en recuerdos inexactos.
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Curiosamente, las personas mayores tienden a experimentar menos déjà vu, posiblemente porque la capacidad de monitoreo de conflictos en el cerebro disminuye con la edad. Esto refuerza la idea de que el fenómeno está relacionado con un sistema cognitivo activo y saludable.
Cuándo ponerle cuidado a un déjà vu
Aunque el déjà vu suele ser inofensivo, en casos raros puede ser un síntoma de condiciones médicas como la epilepsia. Las convulsiones focales, que afectan solo una parte del cerebro, a menudo se asocian con intensas sensaciones de déjà vu, acompañadas de otros síntomas como espasmos musculares, alucinaciones sensoriales o cambios emocionales repentinos. Estas convulsiones pueden ser difíciles de diagnosticar, ya que los episodios son breves y no siempre evidentes.
Si el déjà vu ocurre con frecuencia o está acompañado de otros síntomas neurológicos, es importante buscar atención médica. Pruebas como electroencefalogramas (EEG) pueden ayudar a identificar posibles problemas subyacentes. El cerebro constantemente busca patrones y trata de dar sentido al mundo que nos rodea. Como señala O’Connor, el déjà vu nos muestra cómo el cerebro se esfuerza por reconciliar experiencias nuevas con memorias almacenadas, incluso cuando estas no encajan perfectamente.
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